Entrevistas | 1 may 2021
ITAI HAGMAN
"Hay 130 países que no tienen ningún tipo de acceso a las vacunas"
-¿De qué se trata el proyecto de la liberación de patentes de las vacunas? ¿Qué importancia tiene para nosotros y para el mundo esto que están planteando
-Esto surgió como una petición formal que hicieron India y Sudáfrica en la Organización Mundial de Comercio, acompañado por muchísimos países planteando la liberación de patentes mientras dure la pandemia para poder producir masivamente vacunas en el mundo porque obviamente toda la industria farmacéutica está regida por criterios muy estrictos de propiedad intelectual, que es lo que le permite los laboratorios tener la potestad y el monopolio en la producción de medicamentos y finalmente la posibilidad de comerciarlos. Esto es algo que funciona así en tiempo de normalidad, pero en tiempos de pandemia, que esto siga siendo así y que no se puede abrir para poder producir masivamente las vacunas en todo el mundo, genera una enorme brecha, una enorme asimetría. Los países ricos están pudiendo acaparar, incluso más vacunas de las que necesitan. Hay países que están culminando su proceso de vacunación, como Estados Unidos, Israel y Reino Unido, porque compraron más de las que necesitaban para su población. Entonces, los países de ingresos medios como la Argentina, están teniendo acceso a la vacunación pero con una capacidad menor y finalmente hay alrededor de 130 países que no tienen ningún tipo de acceso a las vacunas y eso genera una asimetría a nivel global, que desde el punto de vista humanitario es inaceptable. Y una solución para producir básicamente masivamente vacunas en todo el mundo, y que obviamente no depende de la Argentina, pero sí puede ser un país que lo impulse a nivel global y eso es lo que buscamos con el proyecto de Ley que buscamos.
-¿Cómo ves que está esto entre tus pares, tanto en tu bloque como en la oposición?
Hay una mirada en general favorable en los diputados que conforman nuestro bloque porque, en general, nuestro espacio político se inclina por una perspectiva general a la política de salud pública. Tenemos experiencia, por ejemplo, en la producción de medicamentos genéricos, que justamente tratan de evitar que los medicamentos queden en manos exclusivas de los laboratorios y la industria farmacéutica privada. No sé en el caso de oposición, porque si me tengo que guiar por ejemplo por declaraciones que hizo la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que dijo que lo que habría que hacer es no liberar las patentes sino liberar el comercio de la vacuna, y que se vacune quien lo pueda pagar. Sería decir lo mismo que sucede a nivel global donde los ricos tienen acceso las vacunas y los pobres no, al interior de cada una de nuestras sociedades decir que los que pueden pagar la vacuna se vacunen y los que no puedan pagar no tengan acceso, entonces si me tengo que guiar por eso seguramente no son muy favorables a este planteo. O las declaraciones más recientes de entregar las Islas Malvinas a cambio de la vacuna Pfizer. Si me tengo que guiar por esas declaraciones, son declaraciones que defienden los intereses corporativos de las grandes farmacéuticas y no una perspectiva más social, comunitaria y pública que ponga por encima el bien común. Me encantaría saber cuál es la posición de la oposición y para eso lo mejor que podría ocurrir es que el proyecto se discuta.
-¿Ninguna de las personas que firmó el proyecto era del bloque opositor?
No, todas las personas que firmaron pertenecen al bloque del Frente de Todos, pero seguramente hay gente del bloque opositor que está de acuerdo. Hay que ver si en un debate se puede expresar. Sería interesante de que salga un proyecto de esta naturaleza en el Congreso.
-¿Sería un proyecto de declaración?
Sí, porque la liberación de patentes no es potestad de un país, pero sería interesante que salga desde el Congreso porque no está solamente el oficialismo sino todos los bloques políticos y sería una expresión de todo el sistema político de Argentina y no solamente del Gobierno.
- Hace poco nos enteramos que la vacuna Sputnik V, tan vapuleada, se va a producir en Argentina. ¿Esto no le quita mérito a este proyecto?
Al contrario, le refuerza porque uno de los argumentos en contra de la libertad de patente es que no hay capacidad productiva y tecnológica en el resto de los países para producir las vacunas, que no tendría sentido porque igual no se van a producir, lo cual es falso y de hecho esta noticia de que Argentina va a empezar producir vacunas justamente demuestra que es falso, que hay capacidad en muchos países del mundo, incluso en Argentina, para producir vacunas. Además que liberar las patentes no incide en que aquellos que la produzcan pierdan rentabilidad. Lo que estamos tratando de evitar que la propiedad intelectual sobre una vacuna, sea un elemento que restrinja la producción porque lo que significa este momento es la producción. Tenemos una demanda, podríamos decir infinita en este momento en el mundo y una oferta limitada. Entonces, lo que decimos es que se produzca lo más posible. No estamos diciendo que tiene que ser solamente producido por el Estado, sino también el sector privado, pero no con la restricción que impone la propiedad intelectual que hace que solamente muy pocos lo puedan hacer.
-Con respecto a esto que se viene planteando en torno a la Hidrovía, se está planteando estatizar y que nosotros realmente nos hagamos cargo lo que nos corresponde. ¿Qué piensan al respecto desde el bloque?
No se si puedo hablar en nombre del bloque, pero en mi opinión, que seguramente expresa la de unos cuantos, es que Argentina tiene que recuperar soberanía sobre el río Paraná, que es el principal río por el que sale la producción que se exporta en Argentina, lamentablemente en su mayoría por puertos privados, privatizados durante la década del 90 y que la Argentina ha ido perdiendo soberanía sobre el sector. Perder soberanía tiene una consecuencia muy directa que tiene que ver con la falta de fiscalización. Es sabido que hay un alto nivel de contrabando que circula por esos puertos y por ese rio, y también desde el punto de vista impositivo porque también muchas exportadoras lo hacen a simple declaración jurada o son controlados por los mismos puertos privados, por lo tanto el Estado se pierde de poder recaudar muchísimo. Además que se trata obviamente de un sector estratégico de la Argentina lo que tiene que ver con el comercio exterior. Por todas esas razones y por la importancia que tiene el comercio exterior, la provisión de divisas en Argentina, es que tenemos que recuperar soberanía y ojalá se pueda aprovechar el vencimiento de esta concesión para avanzar en un proyecto que garantice la soberanía. Después discutimos cuál es la mejor manera de gestionarlo; si tiene que ser el Estado solo, una empresa mixta, pero lo que tiene que haber es un control público de lo que pasa en el río Paraná y del comercio exterior en Argentina.
- Se habló mucho de los dichos deleznables, asquerosos, de este este sincericidio que tuvo Patricia Bullrich con respecto a las Malvinas. El sector de Rodríguez Saá dijo que quería presentar un proyecto para que se multara a las personas que incurrieran en este tipo de delitos. ¿Qué pensás de esto?
Son temas complejos. Me parece absolutamente deleznable lo dicho, me parece intolerable y un insulto a todos los argentinos y en particular a los veteranos de Malvinas, a los caídos. Pero me parece siempre complejo las sanciones y ese tipo de cosas porque habría que establecer muy bien qué es pasible de ser sancionado. Ese tipo de propuestas pueden terminar en un búmeran. Mañana un dicho de un compañero nuestro puede ser considerado pasible de ser sancionado y eso sería problemático. Siempre hay que tener mucho cuidado. La condena más importante que tiene que tener un dirigente político es la condena social y creo que en este caso la condena social existe y me parece que lo que tenemos que hacer nosotros es que esa condena social tenga el peso que tiene que tener que es superior a cualquier tipo de sanción formal.
-En Tierra del Fuego pidieron que sea declarada persona no grata…
Eso me parece muy bien porque expresa la voluntad y la sensibilidad de un pueblo que se sintió ofendido y lastimado por las declaraciones de un dirigente político.
-Más aún cuando desde su gobierno hicieron una entrega de soberanía constante…
Lo más grave no son los dichos, sino las políticas. Los dichos en todo caso son un sincericidio. Entonces, lo que hay que evitar es que esa gente vuelva a tener poder en la Argentina para que no pueda hacer lo que dijo que haría, en una suerte de lapsus.