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Opini贸n | 27 feb 2022

馃捈 Propuestas viables como alternativa al acuerdo imposible con el FMI


La deuda externa del gobierno de Cambiemos se genera cuando deciden tomar deudas en divisas para cubrir el déficit fiscal del año 2015, que es en nuestra moneda y de aproximadamente el 4,5% del PIB, unos 216.000 millones de pesos (en dólares corrientes unos 22.500 millones) y se tomaron deuda en divisas para ello. Más el pago a los fondos buitres encabezados por Paul Singer, por 9.300 millones de dólares, más los déficit fiscales de su inepta administración causado por la disminución de las retenciones de la soja y derivados y la eliminación de todos los demás derechos de exportación, más un plan de reducción del impuesto a las ganancias que generaron déficit fiscal que también cubrían colocando títulos públicos en divisas, incluso en un bono a 100 años.

 

Ingresan las divisas y como la Administración Nacional debe afrontar los gastos internos en pesos (jubilaciones y pensiones, contratos, salarios de las fuerzas armadas y de seguridad y del resto de los empleados públicos, transferencias, licitaciones de obras, etc.), le da la moneda extranjera al BCRA y la autoridad monetaria se los cambia al valor oficial por pesos.  El problema es que esas divisas el BCRA y basándose en la reforma financiera de 1977*, se las vende a los bancos al tipo de cambio oficial y estos la compran para sí o para venderle a los particulares, principalmente a las grandes empresas y como el gobierno de Cambiemos fue subiendo el monto máximo que se puede comprar e incluso elimina ese límite en septiembre 2016*, permitió que 100 empresas compren 24.769 millones de dólares en los cuatro años de gestión de Cambiemos.

 

El problema es que esas 100* empresas no pagaron el impuesto a las ganancias por el monto que compraron. Esto es,  deberían haber declarado ganancias y haber pagado la tasa del 35% y después del 30% de esa suma y ninguna de las 100 empresas declaró y menos que menos pagó impuestos por la mitad de los dólares que compraron. Delito de evasión fiscal y fuga de capitales para los compradores e incumplimiento de las leyes, incluida la de “Encubrimiento y lavado de activos” para los bancos, que le vendieron esos dólares del BCRA y no tomaron los recaudos del origen de los fondos (claramente demostrado porque no declararon ganancias ni otro tipo de ingresos por los 24.769 millones de dólares).

 

Paralelamente el gobierno que priorizó la negociación de la deuda externa por encima de impulsar la economía nacional, la producción y el trabajo, logró un período de gracia de la deuda con los tenedores privados de títulos de deuda hasta el segundo semestre de 2024, sí, se le paga los intereses.

 

Pero con el FMI, deuda que fue tomada sin autorización previa del Congreso de la Nación, no solo se convalidó la deuda desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández, sino que incluso se le pagaron las dos primeras cuotas de capital que sumado a los intereses significaron erogaciones por 6.359 millones de dólares en los dos primeros años de gestión. Y el 28 de enero 2022 se le pago 831 millones de dólares más y se anunció un principio de acuerdo con el FMI.

 

Es más, grandes empresas que aparecen en el listado de los compradores de dólares, el BCRA que realizó el informe, les vendió al tipo de cambio oficial 8.300 millones de dólares. Y a su vez le vendió al tipo de cambio oficial a grandes importadores para que adelanten el pago de las mismas, más de 6.300 millones de dólares en los dos años transcurridos. Además pagó intereses de la deuda a los bonistas y, como los servicios como el de flete (transporte), comunicaciones, patentes o royalties, etc. son todos deficitarios y esa es la razón por lo cual el brutal ajuste externos reflejado en superávit comercial de 12.528 millones de dólares del año 2020 y los 14.750 millones del año 2021 se evaporaron, haciendo que las reservas internacionales desciendan en los dos años de gestión de Alberto Fernández.

 

QUÉ HACER

 

El BCRA que incluso operó en estos dos años, vendiendo dólares a futuro y en el mercado del contado con liqui y otras operaciones bursátiles y extrabursátiles, para morigerar el precio de los distintos dólares paralelos, todos permitidos por la autoridad monetaria con el pretexto de que no se le puede cerrar la salida de capitales a los grandes fondos de cobertura /inversión que quedaron en el mercado local, como si ello fuera prioritario y no el de generar créditos a la producción y al comercio. ¨Paralelamente el BCRA se niega a dar oficialmente los nombres de los grandes compradores por acogerse a los art. 39 y 40 de la ley 21.526* de secreto bancario de la reforma financiera de 1977.

 

Todo lo que se ha hecho fue a favor de los grandes fugadores de capital a los que incluso no se los llamó  para que expliquen cómo hicieron para comprar la cantidad de dólares que compraron.

 

Y en ese marco pretenden acordar con el FMI que según trascendidos de borradores quieren congelar las jubilaciones hasta el año 2034 (que sería el último pago al FMI al refinanciar a diez años cada vencimiento de capital que es en cada trimestre desde el 22 de marzo 2022 al 30 de septiembre 2024), reducir los subsidios a la energía y al transporte porque ambos gastos representan el 75% del presupuesto de la Administración Nacional, con el agravante que el conflicto Rusia-Ucrania elevará el precio del combustible*.

 

Ante ello se torna imprescindible:

  1. Decretar la Emergencia Cambiaria y no vender un solo dólar más bajo ningún concepto y menos los de libre mercado que este gobierno garantizó.
  2. Suspender todos los pagos con el FMI, tanto de intereses como de capital  y exigir un tiempo prudencial de atraso en la cancelación de los mismos.
  3. Levantar el secreto bancario  por la Emergencia Cambiaria y que la AFIP y demás organismos de fiscalización exijan a los grandes compradores de monedas extranjeras (se puede empezar con los primeros 100 compradores que lo hicieron por 24.769 millones de dólares en la gestión de Cambiemos) que expliquen como hicieron para comprarlo. Castigar con multa y recuperar parte de esas compras, que lo van a pagar en pesos, pero que sirve para financiar gasto público y de esa manera y naturalmente se reduce el déficit fiscal y es más, se obtiene un superávit que le permite al Estado nacional comprar las divisas para ir amortizando la deuda con el FMI.
  4. Férreo control cambiario con intervención de todo el poder de policía del Estado, que se castiguen todas las operaciones paralelas habidas y por haber en el marco de la emergencia cambiaria
  5. Emplear gran parte de las Leliq y pases pasivos del BCRA para crear un fondo de crédito para la producción y el trabajo

 

La hiperinflación de los años 1989 y 1990, que pulverizaron los salarios, jubilaciones y pensiones, empujando a la pobreza y a la miseria a gran parte de nuestra población fue hija de la híper devaluación de Alfonsín-Menem. Para no repetir la historia debemos tomar medidas drásticas en favor del pueblo argentino.

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