domingo 23 de junio de 2024 - Edición Nº2027

Análisis | 21 nov 2022

por Ariel Rolfo ✍️

🧠 Pensamiento nacional: industria argentina y desarrollo 🦾


El 13 de noviembre fue el Día del Pensamiento Nacional* y hoy, 20 de noviembre el Día de la Soberanía Nacional*, es importante rescatar las efemérides históricas de los eventos épicos que dan una significancia a nuestra entidad como nación soberana, es importante valorizar la existencia de un Pensamiento Nacional que forje una conciencia identitaria del pueblo pero de poco sirven esas efemérides si no se tienen concreciones en la realidad física, porque si bien “Mejor que decir es hacer…” muy malo es solamente decir o evocar sin hacer nada concreto, porque esa es la característica principal de los charlatanes teóricos, de los frívolos de pensamiento y de los estafadores políticos.  

 

Un país no tiene un pensamiento nacional consolidado y una soberanía efectiva si no logró en los hechos el Desarrollo Nacional que posibilite la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación.

 

Hubo un periodo de la argentina que va desde 1852 hasta 1943 en que el pensamiento colonial y la economía liberal modeló un país primarizado, desindustrializado y complementario del taller del mundo que era el Imperio Británico. 

 

A este país es al que los intelectuales orgánicos del sistema y la rancia “Intelligentzia Cultural”* rescata con un relato tendencioso y mentiroso diciendo que estaba entre las primeras 5 economías del mundo, cuando en realidad el PBI per cápita era lo que estaba posicionado como tal, pero el mismo no describía la desigual distribución de la renta del país ni el grado primarizado de la economía. 

 

Argentina no era un país rico, solo su clase oligárquica lo era, Argentina no era un país desarrollado solo el sistema de producción primarizado y ensamblado con el imperio ingles lo era.

 

Simón Kutnetz* en síntesis explicaba que “El desarrollo es un largo proceso de aprendizaje de los pueblos”, a lo cual habría que agregarle que el mismo solo es posible dentro de una estrategia de desarrollo nacional a largo plazo y con un modelo de país.

 

La estrategia de desarrollo de un país es la forma de ordenamiento de las relaciones económicas, políticas y sociales de una sociedad para la obtención de sus propios objetivos y metas.

 

Por lo expuesto entonces podemos decir que el proceso de desarrollo de la Argentina pasando de un país primarizado a un país industrial, comenzó a partir de segunda mitad de la década de 1940 con el Peronismo, donde entre otras cosas la economía argentina creció en promedio un 8,8% anual, se industrializo el país, se estableció un programas  de gobierno con planes quinquenales que determinaban metas a conseguir, se realizaron infinidad de obras públicas, se diversifico su economía, los salarios subieron su poder adquisitivo un 46%, se formaron recursos humanos en terreno, se promovió la formación de técnicos y profesionales donde el sistema educativo empezó a ser accesible, universal y gratuito en todos los niveles.  

 

Parafraseando al General Perón que decía: “La economía nunca ha sido libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de este”, respecto al Desarrollo de una nación también podemos decir que el Modelo de país y la Estrategia de Desarrollo la realiza el Estado en beneficio del pueblo, o la realizan las minorías nativas oligárquicas aliadas a proyectos imperiales extranjeros en contra de los intereses del pueblo y la nación.

 

En esa instancia histórica del Peronismo no solo se produjeron iconos como aviones a reacción (Pulki I* y Pulki II), Locomotoras ferroviarias, automóviles, crearon empresas de producción siderúrgica y de servicios nacionales, institutos de investigación y desarrollo como la Comisión Nacional de Energía Atómica*, etc., etc.,  sino que también se creó y promovió lo esencial que hace al desarrollo en ese largo proceso de aprendizaje: Los Recursos Humanos con el  Know How (saber hacer) necesario e indispensable para ello.

 

Un Proyecto de Nación junto con los Recursos Humanos que tenían el Know How* necesario es lo que permitió que  países devastados por la guerra como Alemania y Japón pudieran reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial  y se hablara en los años ochenta del Milagro Alemán o del Milagro Japones. El capital yanqui y el paraguas geopolítico lo permitió, pero lo que realmente lo posibilitó fue un Proyecto de Nación y sus Recursos Humanos. 

 

Por esta razón el Peronismo fue el hecho maldito del país colonial (no del país burgués) para la oligarquía y el imperialismo anglosajón. El peronismo era un proyecto de nación soberana que a su amparo se había formado y había promocionado una generación de Recursos Humanos con el Know How necesario para crear un país desarrollado.

 

Por lo tanto, para volver al redil colonial a la argentina había que: 

 

-Destruir al Peronismo*, que era el Sujeto Político que con un proyecto de nación soberana había posibilitado esa epopeya nacional, tarea política de destrucción que comenzó con la Revolución Fusiladora que dio el golpe de estado contra el peronismo en 1955. 

 

-Desindustrializar el país primarizándolo nuevamente para, entre otras cosas, destruir sus Recursos Humanos que eran poseedores del Conocimiento (Know How) técnico y científico del Desarrollo, ya que serían estos los que posibilitarían, en un marco político adecuado, a la nación argentina que se desarrollara nuevamente.

 

Esta tarea empezó principalmente con el Plan de Martínez de Hoz* (que introduce a la argentina en la nueva división internacional del trabajo pergeñada por la Trilateral Comisión*) durante el Proceso de Reorganización Nacional que derroca al peronismo gobernante con un golpe de estado en 1976. Después los gobiernos neoliberales de la etapa democrática hicieron el resto.

 

Recuerdo en mi niñez durante los años 60 y los 70, todavía bajo la orientación que dio ese proyecto fundante de nación, bajo el amparo de la sustitución de importación y del compre nacional casi todos los productos cuando uno buscaba siempre encontraba en algún lugar la inscripción “Industria Argentina” lo cual no solo era real sino que también daba lugar al orgullo por esos productos de origen nacional, de los que decíamos que eran mejores, que duraban más que muchos de los hechos en el extranjero que eran de menor calidad y descartables. 

 

Hoy debido a la destrucción política y económica programada llevada adelante por los gobiernos golpistas y gobiernos civiles cipayos esos productos “Industria Argentina” que duraban toda la vida no están más, hoy han sido desplazados por los “made in extranjero” que son descartables y con obsolescencia programada. También es verdad que actualmente existen muchos productos terminados en argentina pero que en gran medida son ensamblados donde sus componentes que conllevan desarrollo tecnológico o industrial han sido producidos en el extranjero. 

 

Ojalá en un futuro el Pensamiento Nacional, encarnado en un Sujeto Político portador de un Proyecto Nacional Soberano*, vuelva a enseñorearse en El Poder para volver a crear un país Socialmente Justo, Económicamente Libre y Políticamente Soberano que nos devuelva sin chauvinismo el orgullo argentino por lo realizado en nuestras tierras sin seguir buscando mercancías industriales o bienes tecnológicos, modelos conceptuales o de país allende de nuestras fronteras. 

 

Ariel Rolfo

El 13 de noviembre fue el Día del Pensamiento Nacional* y hoy, 20 de noviembre el Día de la Soberanía Nacional*, es importante rescatar las efemérides históricas de los eventos épicos que dan una significancia a nuestra entidad como nación soberana, es importante valorizar la existencia de un Pensamiento Nacional que forje una conciencia identitaria del pueblo pero de poco sirven esas efemérides si no se tienen concreciones en la realidad física, porque si bien “Mejor que decir es hacer…” muy malo es solamente decir o evocar sin hacer nada concreto, porque esa es la característica principal de los charlatanes teóricos, de los frívolos de pensamiento y de los estafadores políticos.  

 

Un país no tiene un pensamiento nacional consolidado y una soberanía efectiva si no logró en los hechos el Desarrollo Nacional que posibilite la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación.

 

Hubo un periodo de la argentina que va desde 1852 hasta 1943 en que el pensamiento colonial y la economía liberal modeló un país primarizado, desindustrializado y complementario del taller del mundo que era el Imperio Británico. 

 

A este país es al que los intelectuales orgánicos del sistema y la rancia “Intelligentzia Cultural”* rescata con un relato tendencioso y mentiroso diciendo que estaba entre las primeras 5 economías del mundo, cuando en realidad el PBI per cápita era lo que estaba posicionado como tal, pero el mismo no describía la desigual distribución de la renta del país ni el grado primarizado de la economía. 

 

Argentina no era un país rico, solo su clase oligárquica lo era, Argentina no era un país desarrollado solo el sistema de producción primarizado y ensamblado con el imperio ingles lo era.

 

Simón Kutnetz* en síntesis explicaba que “El desarrollo es un largo proceso de aprendizaje de los pueblos”, a lo cual habría que agregarle que el mismo solo es posible dentro de una estrategia de desarrollo nacional a largo plazo y con un modelo de país.

 

La estrategia de desarrollo de un país es la forma de ordenamiento de las relaciones económicas, políticas y sociales de una sociedad para la obtención de sus propios objetivos y metas.

 

Por lo expuesto entonces podemos decir que el proceso de desarrollo de la Argentina pasando de un país primarizado a un país industrial, comenzó a partir de segunda mitad de la década de 1940 con el Peronismo, donde entre otras cosas la economía argentina creció en promedio un 8,8% anual, se industrializo el país, se estableció un programas  de gobierno con planes quinquenales que determinaban metas a conseguir, se realizaron infinidad de obras públicas, se diversifico su economía, los salarios subieron su poder adquisitivo un 46%, se formaron recursos humanos en terreno, se promovió la formación de técnicos y profesionales donde el sistema educativo empezó a ser accesible, universal y gratuito en todos los niveles.  

 

Parafraseando al General Perón que decía: “La economía nunca ha sido libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de este”, respecto al Desarrollo de una nación también podemos decir que el Modelo de país y la Estrategia de Desarrollo la realiza el Estado en beneficio del pueblo, o la realizan las minorías nativas oligárquicas aliadas a proyectos imperiales extranjeros en contra de los intereses del pueblo y la nación.

 

En esa instancia histórica del Peronismo no solo se produjeron iconos como aviones a reacción (Pulki I* y Pulki II), Locomotoras ferroviarias, automóviles, crearon empresas de producción siderúrgica y de servicios nacionales, institutos de investigación y desarrollo como la Comisión Nacional de Energía Atómica*, etc., etc.,  sino que también se creó y promovió lo esencial que hace al desarrollo en ese largo proceso de aprendizaje: Los Recursos Humanos con el  Know How (saber hacer) necesario e indispensable para ello.

 

Un Proyecto de Nación junto con los Recursos Humanos que tenían el Know How* necesario es lo que permitió que  países devastados por la guerra como Alemania y Japón pudieran reconstruirse después de la Segunda Guerra Mundial  y se hablara en los años ochenta del Milagro Alemán o del Milagro Japones. El capital yanqui y el paraguas geopolítico lo permitió, pero lo que realmente lo posibilitó fue un Proyecto de Nación y sus Recursos Humanos. 

 

Por esta razón el Peronismo fue el hecho maldito del país colonial (no del país burgués) para la oligarquía y el imperialismo anglosajón. El peronismo era un proyecto de nación soberana que a su amparo se había formado y había promocionado una generación de Recursos Humanos con el Know How necesario para crear un país desarrollado.

 

Por lo tanto, para volver al redil colonial a la argentina había que: 

 

-Destruir al Peronismo*, que era el Sujeto Político que con un proyecto de nación soberana había posibilitado esa epopeya nacional, tarea política de destrucción que comenzó con la Revolución Fusiladora que dio el golpe de estado contra el peronismo en 1955. 

 

-Desindustrializar el país primarizándolo nuevamente para, entre otras cosas, destruir sus Recursos Humanos que eran poseedores del Conocimiento (Know How) técnico y científico del Desarrollo, ya que serían estos los que posibilitarían, en un marco político adecuado, a la nación argentina que se desarrollara nuevamente.

 

Esta tarea empezó principalmente con el Plan de Martínez de Hoz* (que introduce a la argentina en la nueva división internacional del trabajo pergeñada por la Trilateral Comisión*) durante el Proceso de Reorganización Nacional que derroca al peronismo gobernante con un golpe de estado en 1976. Después los gobiernos neoliberales de la etapa democrática hicieron el resto.

 

Recuerdo en mi niñez durante los años 60 y los 70, todavía bajo la orientación que dio ese proyecto fundante de nación, bajo el amparo de la sustitución de importación y del compre nacional casi todos los productos cuando uno buscaba siempre encontraba en algún lugar la inscripción “Industria Argentina” lo cual no solo era real sino que también daba lugar al orgullo por esos productos de origen nacional, de los que decíamos que eran mejores, que duraban más que muchos de los hechos en el extranjero que eran de menor calidad y descartables. 

 

Hoy debido a la destrucción política y económica programada llevada adelante por los gobiernos golpistas y gobiernos civiles cipayos esos productos “Industria Argentina” que duraban toda la vida no están más, hoy han sido desplazados por los “made in extranjero” que son descartables y con obsolescencia programada. También es verdad que actualmente existen muchos productos terminados en argentina pero que en gran medida son ensamblados donde sus componentes que conllevan desarrollo tecnológico o industrial han sido producidos en el extranjero. 

 

Ojalá en un futuro el Pensamiento Nacional, encarnado en un Sujeto Político portador de un Proyecto Nacional Soberano*, vuelva a enseñorearse en El Poder para volver a crear un país Socialmente Justo, Económicamente Libre y Políticamente Soberano que nos devuelva sin chauvinismo el orgullo argentino por lo realizado en nuestras tierras sin seguir buscando mercancías industriales o bienes tecnológicos, modelos conceptuales o de país allende de nuestras fronteras. 

 

Ariel Rolfo

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