martes 08 de octubre de 2024 - Edición Nº2134

Opinión | 6 ene 2023

Ariel Rolfo ✍️

🥀 Vida y muerte de las utopías


El 5 de enero de 1939 Lisandro de la Torre1, que había renunciado a su banca de Senador por Santa Fe en enero de 1937, se quitó la vida mediante un disparo de revólver en el corazón. Fue revolucionario, fundador de la UCR, de la Liga del Sur2 y posteriormente del Partido Demócrata Progresista3 (PDP). 

 

Los puntos más destacados del programa fundacional del PDP (Partido Demócrata Progresista) aluden al Progreso y la Democracia, al federalismo, al proteccionismo económico, así como a la necesidad de profundizar en el proceso abierto de sustitución de importaciones. El impulso a la salud pública, a la situación laboral, social y legal de los trabajadores, mujeres y niños, también a la mayor participación del Estado en el control y en la potenciación de la economía.

 

Básicamente era un partido Democrático, Federal, de la partidocracia liberal, pero era anti conservador y por lo tanto anti oligárquico. 

 

Era un partido que defendía el interés nacional como quedo claro en la denuncia de Lisandro de Latorre del negocio escandaloso de la exportación de carnes y del Tratado Roca-Runciman4, denominado como el Estatuto Legal del Coloniaje por FORJA.

 

Tratado que, en función de que el imperio británico siga comprando carnes argentinas producidas por la oligarquía terrateniente cuya entidad emblemática era la Sociedad Rural Argentina, entregaba a manos británicas considerables ventajas y resortes de la económica argentina en detrimento de nuestro interés nacional.    

 

Con el tiempo el PDP dejo de tener esa impronta confrontativa contra el establishment oligárquico y empezó a ser no solo cómplice de los estamentos políticos conservadores, sino que también fue cómplice de los golpes de estado y dictaduras militares, desde la Revolución Fusiladora de 1955 hasta la última dictadura de 1976 denominada Proceso de Reorganización Nacional.

 

Triste final de un partido que empieza siendo democrático, popular, anti oligárquico, progresista pero que termina asociado con la rancia oligarquía. Un proceso similar que también ocurrió con la Unión Cívica Radical5 donde como mandato final de Leandro Alem6 en su testamento político escribía la famosa frase “que se rompa pero que no se doble”… lamentablemente muchos de sus herederos políticos prefirieron doblarse.

 

En la tradición japonesa, el Bushido7 era un código ético estricto al que muchos samuráis entregaban sus vidas, el mismo exigía lealtad y honor hasta la muerte: por ello ante la derrota, los guerreros Samuráis acometían el sapuku o suicidio ritual para mantener hasta último momento la integridad de su honor, su lealtad y su palabra a una causa.

 

En el caso de la UCR y el PDP ambos fundadores, Leandro Alem de la UCR y Lisandro de la Torre del PDP, ambos revolucionarios también contra el gobierno oligárquico de la época, terminaron con sus vidas descerrajándose un balazo por razones muy íntimas, pero también quizás, emulando la conducta de los samuráis, ante la derrota y la impotencia de torcer el rumbo político del país oligárquico. 

 

La mayoría de sus partidarios con en el tiempo no pudieron mantener la conducta de sus fundadores y ni la esencia política de sus partidos que era la de ser un baluarte en defensa de los intereses de la nación, del pueblo y de la democracia ya que terminaron sus sucesores siendo cómplices de procesos antinacionales y antipopulares, cómplices incluso en muchos casos de gobiernos dictatoriales militares.

 

Y el Peronismo… ¿podrá superar la prueba de fuego de la desaparición de su Líder fundador acontecida hace casi medio siglo y emular su testamento político? 

 

El Peronismo… ¿podrá algún día recuperar su esencia revolucionaria como un Sujeto Político con capacidad de cambiar la realidad colonial e injusta de la argentina manejada por el poder de las corporaciones y las embajadas de la anglosfera?

 

¿O al Peronismo también le espera terminar siendo definitivamente, como aconteció con la UCR, el PDP o el PRI mejicano8, un partido asimilado al establishment del país colonial y servil a las corporaciones económicas?  

 

El futuro despejara las dudas del destino del Peronismo, pero ante el tinte neoliberal o progresista socialdemócrata de muchos de sus dirigentes o el idéntico cariz que el peronismo ha tenido en sus performances de gobierno, es preocupante arriesgar una respuesta, pero quizás como fuente de inspiración política sirva recordar aquella frase que decía con convicción Eva Perón … El peronismo será revolucionario o no será nada”9

 

A.R.

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