Soberanía | 20 nov 2024
PASADO Y PRESENTE
Rosas y la soberanía nacional
Ariel Rolfo ✍️
“La Historia es un arma de lucha…” FORJA
En 1824 se libra la batalla de Ayacucho que es la última de las de la emancipación americana. Para esa ocasión el primer ministro británico George Canning dijo: "La cosa esta hecha, el clavo esta puesto... sí sabemos manejar nuestros negocios la América Española será nuestra"
El Reino Unido ya era una potencial industrial de la época en busca de proveedores de materias primas y mercados abiertos para sus productos. Era el Neocolonialismo de la época donde se priorizaba el dominio económico (intercambio de materias primas por productos elaborados), colonialismo financiero a través de los prestamos a nuevas naciones (Empréstito de la Baring Brothers) y colonización cultural (difusión de la Doctrina Liberal de Adam Smith) mientras ellos seguían siendo proteccionistas.
En el siguiente lustro el Reino Unido firmo Tratados de Amistad, Comercio y Navegación con la mayoría de las excolonias españolas como lo hizo en 1825 con las Provincias Unidas del Rio de la Plata. (Donde ahí hay que remarcar que Su Graciosa Majestad no hace ninguna reivindicación sobre Malvinas que en 1820 habían sido proclamadas como parte de las Provincias Unidas del Rio de la Plata con un pronunciamiento oficial en las Islas Malvinas por el marino David Jewett comisionado oficialmente para tal fin).
Porque hacemos este comentario, porque no se puede entender la génesis de la historia neocolonial argentina de los anglosajones que llega hasta nuestros días sin comprender la acción geopolítica británica en la región.
En 1835 Juan Manuel de Rosas instaura la Ley de Aduanas (que años antes el correntino Pedro Ferre propuso a la Liga Federal) para proteger con aranceles los productos industrializados en nuestro territorio de los productos industrializados Europeos.
Esto disgustó a las potencias industriales europeas (Reino Unido y Francia) las que quisieron evitar esa barrera a sus productos, por lo que intentaron implementar por la fuerza militar de sus flotas de guerra la libre navegación del Paraná para vender sus productos en el interior del país sin la aplicación de los aranceles aduaneros.
Juan Manuel de Rosas organiza la resistencia a esta vulneración de la Soberanía Nacional y da batalla.
Las Batallas contra la Flota Imperialista Anglo-Francesa Invasora en el Paraná (Vuelta de Obligado, Paso del Tonelero, San Lorenzo, Punta Quebracho) fueron la demostración cabal de la intención de los patriotas de esa época de defender no solo nuestra Soberanía Territorial sino también nuestra Soberanía Económica y Comercial.
La acción imperialista Anglo-Francesa no se agotaba en la “Libre Navegación de los Ríos” para poder comerciar libremente (imposición del Libre comercio por los Cañones), sino que en realidad era un Plan Geopolítico más integral tendiente al fraccionamiento de la Confederación Argentina para así tener naciones más chicas, más débiles y más fácil de dominar.
En febrero de 1845, el comisionado brasileño ante las cortes de Londres y París —e vizconde de Abrantes— informó a la corte de Río de Janeiro los propósitos secretos de la intervención anglo-francesa en el Río de la Plata.
Según le había informado el ministro francés Guizot, los propósitos eran:
1) convertir a Montevideo en “factoría comercial para las potencias marítimas”;
2) obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes;
3) independizar Entre Ríos y Corrientes “si sus habitantes lo quisiesen”;
4) fijar los límites del Estado Oriental, Paraguay y el Nuevo Estado de la Mesopotamia “con prescindencia del Brasil”;
5) conservar el Estado de cosas en el resto de la Confederación “si Rosas accediera a la razón sin recurrir a las armas” o diese libertad de comercio. En caso contrario, levantar contra él a las fuerzas locales adversarias suficientes para obrar apoyados por las fuerzas navales y poner en Buenos Aires un gobierno “que dé muestras de amistad hacia Europa”
La epopeya de las batallas 20 de noviembre de 1845 en la Vuelta de Obligado, como así también las de Paso del Tonelero y la del 4 de junio de 1846 en Punta Quebracho sirve para recordar que ser una nación soberana implica también plantarse ante los poderosos del mundo para defender el interés nacional.
No era lo “políticamente correcto” desafiar a las dos mayores potencias de esa época, pero si era lo más digno y conveniente para el Interés Nacional.
Esta actitud de los patriotas del siglo XIX está totalmente emparentada con la que tuvieron nuestros Combatientes de Malvinas, por ello es justo también honrarlos en esta fecha, ya que son los Héroes contemporáneos que lucharon por los mismos valores, contra el mismo enemigo, nuevamente en inferioridad de recursos pero con el mismo valor y patriotismo.
Estas fechas deben servir no solo para honrar los hechos heroicos del pasado sino también para pensar los peligros políticos que nos acechan de adentro y de afuera, que en el presente quieren una Nación Colonial y un Pueblo Esclavo para satisfacer los intereses de los Imperios de afuera y de los Oligarcas de los Grupos Económicos Concentrados de adentro. Sin ir más lejos, hoy se quiere dar el dragado y en cierta medida el control del Paraná (Hidrovía Paraná Paraguay) al cuerpo de ingenieros del ejército americano, lo cual contrasta con la actitud digna de nuestros próceres del pasado.
Hoy como ayer las potencias imperiales accionan para imponer por la fuerza sus “razones de estado”, dividir territorialmente a las naciones, tener injerencia en sus territorios, saquear sus recursos naturales y abrir los mercados a sus productos.
Es bueno recordar y comprender el significado profundo de las efemérides épicas para constatar nuevamente que los gobernantes cobardes y los especuladores políticos no hacen historia, sino que solo son mediocres administradores del Estado Nacional.
Si queremos tener una Nación Soberana e Independiente, hay que emular a los próceres que nos precedieron y no a los burócratas cipayos que nos gobiernan.