lunes 28 de abril de 2025 - Edición Nº2336

Análisis | 5 jul 2019

detras de escena

Cómo es trabajar en Vaca Muerta: de paraíso petrolero a infierno laboral


Mucho se dice de Vaca Muerta. Sobre todo, que se trata de un tesoro nacional que le permitirá a la Argentina alcanzar la soberanía energética. Recientemente, el Gobierno nacional reveló orgulloso que la producción de gas fue la más alta desde julio de 2009, mientras que el petróleo, acumula 15 meses de crecimiento interanual ininterrumpido.

 

Pero, lo que muy pocos dicen o saben es cómo se trabaja en Vaca Muerta para que esa producción hoy sea récord. Para empezar, es importante destacar que el yacimiento, reservorio de un enorme caudal de gas natural y petróleo no convencional, tiene –nada más y nada menos que- 30 mil kilómetros cuadrados, por lo que la extracción de los recursos no es igual en todos lados. 

 

La única manera de acceder al preciado “oro negro” que allí subyace es a través del famoso “fracking”, un método tan peligroso como polémico, a través del cual los operarios deben fracturar la tierra para permitir que el petróleo flote a la superficie.

 

Por supuesto, esta técnica no puede ser manipulada por cualquiera. Se requiere personal calificado porque, además de su complejidad, requiere ciertos y altos riesgos. 

 

Actualmente, en Vaca Muerta, operan 24 mil trabajadores petroleros. Su salario básico, es muy bajo. En algunos casos, ni siquiera llega a los 20 mil pesos. Pero, de acuerdo al convenio colectivo de trabajo, tienen una cantidad de plus que, sumados, pueden llevar ese pequeño monto a 150 mil pesos mensuales

 

Para ello, sin embargo, los operarios deben trabajar en condiciones extremas: de noche, con frío y muchas veces sin dormir. 

 

En enero de 2017, el Sindicato de Petroleros, a cargo del senador nacional Guillermo Pereyra, firmó una adenda con las empresas operadoras en Vaca Muerta a partir del cual se flexibilizó considerablemente el trabajo de los obreros enmarcados en lo que se llama “servicios especiales”, es decir, los que se dedican al “fracking”.

 

“A partir de su implementación, se elevó para todos los trabajadores el tope máximo de velocidad de viento para la suspensión de tareas, con lo cual hay mayor riesgo. También se aplicó el DTM nocturno; es decir, el montaje, desmontaje y traslado de equipos para la perforación, que antes estaba prohibido. Esto también eleva muchísimo más los riesgos laborales”, explicó a Pal’Sur, el dirigente de izquierda en Neuquén, Pablo Giachello. 

 

Asimismo, desde la firma de la adenda, se achicaron las dotaciones. Por ejemplo, en el sector que hace la fractura, una dotación que antes funcionaba con 17 operarios,  ahora tiene 13. Pero, al mismo tiempo, se multiplicó la producción. Tal y como lo celebró el Gobierno nacional.

 

“Si antes, con 17 operarios metían dos o tres fracturas por día, ahora con 13 han llegado a meter siete y hasta 8 fracturas por día. El objetivo fue bajar el costo laboral a su mínima expresión”, aseveró Giachello. 

 

En general, los petroleros se desempeñan bajo un diagrama de 2x1. Es decir, están 14 días en el campo y 7 en la casa. De esas dos semanas que están en el campo, muchas veces, duermen en los trailers ó en las gamelas. Y si llega un equipo a las 3 de la mañana, hay que levantarse y ponerse a laburar. Así de sencillo. 

 

Las jornadas laborales, lejos de las seis horas que cumple un administrativo, pueden variar entre 10 y 16 horas diarias. Y el trabajo es duro, muy pesado. De enero a esta parte, son 8 los obreros que perdieron la vida en los pozos. No, no es para cualquiera.  

 


Los dueños del tesoro de la tierra

 

En Vaca Muerta operan dos tipos empresas. Unas que son las operadoras y otras que son las empresas de servicios. Las operadoras tienen la concesión del yacimiento, que la otorga el Gobierno argentino a través de una licitación. Una vez que la compañía tiene la potestad del área, ésta contrata a decenas de empresas para poder extraer el gas y el petróleo. 

 

Dentro de las operadoras están YPF, Tec-Petrol (perteneciente a Techint), Total SA (de origen francés), Pan American Energy, Neugeron, Shell y Chevron. “Estas empresas tienen la concesión de los yacimientos, de la tierra. Son las dueñas por 20 o 25 años y a su vez contratan empresas para extraer los recursos. Una vez que superan la superficie de la tierra, la dueña de ese gas y ese petróleo, es la empresa operadora. El recurso no es del Estado, es de las operadoras. Cuando está abajo, es del Estado; pero cuando supera la superficie de la tierra, pasa a ser de la operadora que lo extrajo”, explicó a este medio el dirigente del PO.

 

La operación día y noche del “fracking” ya generó problemas ambientales. Por ejemplo, en Añelo, que es la capital nacional del petróleo no convencional, donde opera Chevron con YPF, se están empezando a ver los primeros casos de contaminación del agua y hasta ciertos sismos, generados por la perforación de la tierra. 

 

Como contracara, Añelo vio crecer exponencialmente su población. Hace algunos años, ni siquiera tenía hospital. “Ahora, llegás a las siete u ocho de la tarde, y parece Callao y Corrientes pero lleno de obreros con mameluco”, graficó Giachello. 

 

También hay un viejo y pequeño pueblo llamado Rincón de los Sauces, más al norte de la provincia de Neuquén, que apenas tiene 20 mil habitantes, pero cuenta con tres casinos alrededor de la plaza central. “Esta situación ha llevado también al consumo de estupefacientes y cocaína. Entre los obreros es muy alto el índice de adicción. Hay que estar 14 días en el campo, muleando, sin estar con tu familia. Son situaciones muy duras que a veces se estiran, porque las empresas ofrecen extender las jornadas y cobrar el día al 100. Ese día que te quedás, cobrás el doble”, sintetiza. 

 

La realidad de Vaca Muerta, hacia el interior de Neuquén se conoce bastante, pero hacia fuera, por supuesto, se vende las maravillas de un tesoro repleto de oro negro mientras que se esconden las vergüenzas de la explotación laboral
 

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