domingo 28 de abril de 2024 - Edición Nº1971

Opinión | 26 mar 2020

eduardo lualdi

La pandemia no borra al imperialismo ni al colonialismo


Daniel Filmus, Secretario de Malvinas del ministerio de Relaciones Exteriores, ratificó en una entrevista publicada por un Observatorio Malvinas, la decisión de ofrecer ayuda humanitaria a los colonialistas británicos. 

El argumento esgrimido fue que Malvinas y demás territorios son argentinos y, por lo tanto, toda persona que habite suelo argentino tiene derecho a atención médica. Recordemos que el Filmus ofreció atención médica, vuelos sanitarios y envío de alimentos frescos a las Islas.

Luego aclaró que esa oferta era tanto para civiles como para militares. Todos los habitantes de las Islas (Malvinas, Santiago y San Pedro y otras islas) son británicos o habitan con consentimiento británico y están bajo el mando político-militar del jefe de la Base Británica de Monte Agradable (Mount Pleasant), tal como lo establece el estatuto colonial de los Kelpers, estatuto mal llamado “constitución”. Boris Johnson en diciembre de 2019, en sus saludos navideños a las tropas de ocupación colonialistas, invocó el “referéndum” realizado por el Reino Unido en nuestros territorios ocupados, para reiterar su apoyo al “derecho de autodeterminación de los kelpers”, “referéndum” rechazado por las Naciones Unidas. Como es sabido, los británicos en ese “referéndum” votaron por seguir siendo británicos, algo lógico y esperable. 

Los británicos en Malvinas no pueden aducir derechos de autodeterminación porque no son población originaria sino población inserta. No vamos a extendernos en estos conceptos.

Malvinas y demás territorios fueron usurpados primero en enero de 1833 y luego de la derrota argentina en la Batalla por Malvinas, por segunda vez desde el 14 de junio de 1982.

La base militar de Monte Agradable (Mount Pleasant), es la cabecera militar del complejo Santa Helena, Tristan Da Cuhna y Malvinas, ariete de la expansión colonialista e imperialista del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte para su dominio en el Atlántico Sur. La otra base militar está en Georgias, que en 1985 fue declarado como territorio de ultramar británico por Margaret Thatcher y que impuso una zona de exclusión de 1.000.000 de km2 por razones “ecológicas”.

Allí están asentados más de 1200 soldados de ocupación y desde estas posiciones el colonialismo británico no sólo aspira a colonizar más de cinco millones de kilómetros cuadrados de territorio de indudable soberanía argentina, sino que amenaza la porción continental de la Patagonia en nuestro país y el continente suramericano. Desde la base militar de Monte Agradable se realizan anualmente los ejercicios militares que tienen como hipótesis de guerra la Argentina. La pandemia del coronavirus no borra ni al imperialismo ni al colonialismo. Podría haber tenido el señor secretario la deferencia, al menos, de esperar que los colonialistas solicitaran algún tipo de colaboración, antes de ir a ofrecer a la potencia ocupante facilidades para que siga afirmando su ilegal e ilegítima ocupación militar colonialista.

La formación browderiana de Filmus, concepción política de cooperación sin principios con el imperialismo, le impide considerar que si bien es cierto, como él dice en ese reportaje, que los territorios de Malvinas y otros son argentinos, son territorios ocupados por una potencia militar extranjera. Son territorios ocupados por una potencia imperialista y colonialista y que las Naciones Unidas hace mucho han calificado al colonialismo como crimen contra la Humanidad.

El “humanismo” que propone Filmus es un falso humanismo o, a lo sumo, un “humanismo” que se desentiende de la ocupación ilegal e ilegítima de nuestros territorios de parte del imperialismo inglés, de que este nos hizo la guerra dos veces para usurpar nuestros territorios. Es un “humanismo” a la medida del crimen colonial y por lo tanto es un “humanismo” que va en contrario de las más elementales normas del Derecho Internacional que nunca obligarían a una nación ocupada por el colonialismo a prestar servicios a quienes usurpan sus territorios. Es un “humanismo” que viola la declaración de las Naciones Unidas sobre el colonialismo, al caracterizarlo, como dijimos líneas arriba, como un crimen contra la humanidad.

El gobierno nacional que ha tomado muchas medidas positivas para enfrentar la pandemia del coronavirus, en especial todas aquellas que atienden a la situación de los más postergados, en este caso está francamente equivocado. Lo mejor que le puede pasar a un gobernante es corregir sus errores. Eso ayudaría y mucho a la unidad necesaria e indispensable para enfrentar en mejores condiciones la pandemia que amenaza a nuestro país y otras naciones del continente suramericano.
 
 

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