Entrevistas | 3 mar 2023
Dr. Carlos A. Biangardi Delgado
🗣️ “El diálogo hay que mantenerlo porque somos un país débil, pero mientras, tenemos que fortalecernos”
Pal´Sur entrevistó al abogado, docente, escritor, analista y Magister en Relaciones Internacionales, Dr. Carlos A. Biangardi Delgado, para conversar sobre las últimas dos gestiones presidenciales en lo que refiere a la Cuestión, la Causa y la Gesta de Malvinas.
Un análisis muy interesante de una persona que escribió mucho al respecto, sobre los errores y aciertos de las políticas llevadas adelante por los sucesivos gobiernos nacionales; el Acuerdo Foradori-Duncan, el Consejo Nacional de Malvinas y su ineficiencia actual, y la propuesta del Dr. Marcelo Kohen tendiente a dividir la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur para darle Malvinas a los kelpers y luego generar un referéndum en las Islas así la colonia se transforma con nuestro aval en suelo británico, y mucho más. Video completo al final.
“El diálogo hay que mantenerlo porque somos un país débil, pero mientras, tenemos que fortalecernos porque ese es el único país que el Reino Unido va a respetar, y al cual le va a devolver la Malvinas
↓ ENTREVISTA ↓
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¿Cuáles son las diferencias si las encontrás principales entre la anterior gestión, más la más cercana, la anterior, la actual y cuál te pareció que fue la mejor o la más acabada gestión en relación a proteger a los intereses argentinos en estos 40 años?
Yo creo que la gestión del Canciller Taiana, a mi entender, fue la gestión en la que se produjeron más cosas y más cosas fuertes, digamos. Creo que después la gestión de Timmerman fue más de reiteración, de exposición pública, pero no se hicieron tantas cosas fuertes, fue más una continuidad. Y lo que vino después, entre Malcorra y Faurie1, fue realmente una cosa espantosa.
Yo escrito mucho en contra de eso, creo que hubo errores muy, pero muy graves.
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¿Fueron errores?
A uno siempre queda la duda. Yo creo que se hicieron cosas graves, que en parte han sido subsanadas por el actual gobierno nacional, por ejemplo: en todas las reuniones o los foros internacionales donde participaba la República Argentina, cuando se agregaba algún punto en el documento final sobre la Cuestión de las Islas Malvinas, el gobierno entre 2003 y 2015 había logrado que se incluyera el tema de la explotación de los hidrocarburos y de la pesca, la condena, por parte del usurpador, y además el derecho que tenía la República Argentina dentro de las normas del derecho internacional de actuar judicialmente en contra de las empresas que realizaron esta explotación.
Sorprendentemente, durante las gestiones de Marcorra y de Faurie, se cambió esta fórmula y el observador inocente cree que se continúa en la misma gestión, cuando se reunió la CELAC y condenó la usurpación británica, pero lo que no tenía en cuenta que se había tergiversado la segunda parte de esta fórmula, que era lo más sustancioso, y se había colocado sobre todo después de las firmas del acuerdo Foradori-Duncan2, en los cuales se quería mostrar que la República Argentina y el Reino Unido estaban llevando acuerdos para lograr la sustentabilidad económica de las Islas.
Esto fue gravísimo, porque significó un retroceso, porque lo que a veces la gente no se da cuenta, que esto lleva tiempo de lograr. O sea, uno no va a una reunión y somos todos amigos y todos votan lo que quiere la República Argentina, porque hay una pasión por la patria grande latinoamericana: todo esto es mentira. O sea, las cosas que se colocan en el acuerdo final se negocian, y cada país lleva la cláusula o los conceptos que quiere incluir, y los tiene que negociar con los del otro país y compensar, te acepto esto y tú me aceptas lo demás. Quiere decir que cuando nosotros habíamos logrado, que ya teníamos un cliché de que en todos estos eventos, se incluyera el tema de la explotación económica y legítima, y del derecho de la República Argentina de proceder judicialmente, haberlo tirado por la borda era gravísimo y mucho más haberlo sustituido por la idea de que la República Argentina y los británicos estábamos de acuerdo, fomentando la viabilidad económica de las Islas de Malvinas.
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Bueno, esto fue patente en el 2017 o 2016 y el Diputado Nacional por el Frente Renovador Grandinetti3, expuso que había sucedido los puso que lo hicieron en el G77+China el 22 de septiembre de 2016.
Por eso. Pero además eso se fue copiando en todos estos acuerdos. Una cosa positiva que hizo el nuevo gobierno –Fernández-, fue recuperar este reclamo.
Otra cuestión que me parece que fue muy positiva, y yo rescato con una pequeña crítica desde el punto de vista semántico -que para mí no es inocente-, es la recuperación de los grupos4. Los grupos comenzaron allá por el 2011 durante el gobierno de la señora Cristina Fernández de Kirchner, siendo el embajador Arguello en las ONU, quien hizo un buen trabajo al respecto, comenzó dando conferencias en distintas universidades de los Estados Unidos sobre la cuestión de Malvinas y comenzó a activar el tema de los grupos.
Esto fue muy importante, los grupos de apoyo. Los grupos de apoyo sirven para ser un poder blando, no van a solucionar el conflicto, pero sirven para dar cierta visibilidad a la Causa o a la Cuestión en las distintas sociedades. Y durante el gobierno que asumió en el 2015 se habían descuidado, estos grupos de apoyo que se fueron abandonando totalmente y este gobierno ha comenzado a reactivarlos y crear nuevos.
Por ejemplo, hay un grupo muy importante que tenemos nuevo, que es el grupo de Japón5, cuyo director del grupo es un veterano de guerra, un ex soldado combatiente argentino-japonés nacido en Escobar. Profesor de una universidad japonesa donde se asienta este grupo de apoyo.
Es muy importante, porque Japón estuvo a favor del Reino Unido en la guerra. Es muy importante tener estos grupos, no solamente en los países que nos han apoyado, sino, sobre todo, en los países que no nos han apoyado, porque muchas veces el nuevo apoyo vino del desconocimiento. El apoyo no viene gratuito, es cierto, pero hay que trabajar esto a fondo. En este sentido, esta administración ha realizado muy buen trabajo con respecto a la recuperación de los grupos de apoyo.
Quiere decir que, la recuperación de la cláusula de la condena de la explotación económica, haber sacado esos conceptos del Foradori-Duncan de estas declaraciones, que era totalmente nefasto, y la recuperación de los grupos de apoyo, fueron actividades muy importantes.
Hubo un gran énfasis en la administración actual, coincidiendo con el 40 aniversario en los temas de los derechos argentinos. Pero, por ejemplo, se creó un Consejo Asesor Nacional sobre las Malvinas6, y ese consejo realmente no ha creado ninguna política de Estado para la recuperación. Hasta ahora se ha reducido a hacer una reiteración de derechos, que no está mal, pero que me parece que queda chico con respecto a las funciones grandilocuentes que se establecieron por Ley 27.558.
Otro tema que no me quiero olvidar, que es una cuestión semántica, y a mí me preocupa es que existían en un principio los grupos de apoyo a la cuestión Malvinas, los grupos de solidaridad en la cuestión Malvinas y los grupos pro diálogo de la cuestión Malvinas. Todos tienen la misma función, pero, simbólicamente, los países que estaban como comprometidos, por ejemplo, los latinoamericanos, eran grupos de apoyo a la cuestión Malvinas. Esta diferenciación, si queremos crear un poder blando, no es inocente, y yo no sé por qué motivo esta Administración al reconstituir los grupos lo ha cambiado la denominación y les llama a todas comisiones pro diálogo. Como que yo creo que acá en el inconsciente existe la idea de que el diálogo, que yo considero inconducente, nos va a llevar a la solución del conflicto, cuando mi tesis es totalmente distinta.
El diálogo hay que mantenerlo porque somos un país débil y tenemos que fomentar el diálogo y está muy bien, pero mientras, tenemos que reconvertirnos en un país fuerte, porque ese es el único país que el Reino Unido va a respetar y al cual le va a devolver la Malvinas. Si no vamos a lograr ser campeones de apoyos en el Comité Especial de Descolonización, pero los recursos vivos marinos, los hidrocarburos, lo van a seguir explotando los británicos.
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Vos hablaste del Consejo Nacional de Malvinas, y hay una persona (Marcelo Kohen7) que lo integra y que hizo dos proyectos importantes: (1) llevar Malvinas a la Corte Internacional de Justicia8 órgano al que propuesto por la actual cancillería9 y (2) darle la posibilidad de brindarle a los Kelpers referéndum10 para que ellos deciden si quieren ser o no ser argentinos. Quería que nos comente si conoces la propuesta, y qué te parecen.
Escribí sobre ambas propuestas, porque me encargo de escribir la presentación del anuario del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la Universidad Nacional de la Plata, y a través de los años, a medida que han surgido estas propuestas, la he seguido analizando. Es decir, he hablado de ambas, he hablado sobre la marcha y este año ya un poco en forma más reflexiva, ya que me invitó la Universidad Católica de Salta a publicar un artículo en un libro elaborado con motivo del 40 aniversario de la Guerra Atlántico Sur11, lo hice en uno titulado «Inconveniencia de someter la cuestión de las Islas Malvinas a la Corte Internacional de Justicia».
Si bien yo no hago un análisis detallado de la propuesta de profesor Kohen, sí cuento un poco cómo fue mi transitoria en dos encuentros que tuve con este académico. Uno fue en el Instituto de Relaciones Internacionales (IRI) de la Universidad Nacional de la Plata, y yo lo cuento en la primera edición de mi libro «Cuestión Malvinas», así que eso debe haber sido alrededor del año 2008, 2009, no lo recuerdo bien, pero la edición es del 2012, ese fue anterior, el cual ya acercaba no solamente la idea de la Corte Internacional de Justicia, sino de algún tipo de consulta con los isleños.
Tuvimos en una mesa de diez personas, yo me acuerdo que en ese momento me había llevado algunos combatientes de la plata vinculados a la universidad y en la conversación pareció aceptar mis cuestionamientos de que no era muy viable la posibilidad, pero después cada uno de los dos seguimos manteniendo nuestra diferencia. Luego, en el año 2007, anterior a este encuentro con el profesor Kohen, tuve oportunidad de exponer el tema en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales12 ante un grupo calificado y someterlo a debate dentro de unas jornadas.
Había algunas profesoras de una Universidad de Buenos Aires que estaban a favor13 de esta postura, y estaba yo que ya iba con un argumento muy formado sobre la inconveniencia de someter la cuestión del Malvinas a la Corte Internacional de Justicia14, estas profesoras de alguna manera estaban en línea con la idea del profesor Kohen (VIDEO)15, eran profesoras de la UBA y de alguna Universidad Privada, y después, hace 4 o 5 años en un Congreso de la Asociación Argentina de Derecho Internacional, en Rosario, , fue muy ácidamente criticada por otros académicos. Después también hubo un proyecto de dividir la provincia16, una cosa horrible que obtuvo un premio de la Secretaría de Malvinas de Filmus en 2015.
Hay distintos criterios cuando tratamos el tema de Malvinas, pero yo estoy convencido que no es conveniente ni recurrir a la Corte Internacional Seguridad de Justicia en forma contenciosa ni siquiera como una opinión consultiva.
En forma contenciosa directamente, los británicos no están dispuestos a aceptar eso y por lo tanto es una discusión abstracta, y la opinión consultiva es sumamente peligrosa, porque Argentina no la redacta sino que lo hace un órgano, por ejemplo, la Asamblea General, y se escapa de las posibilidades de la República Argentina, y la República Argentina puede lanzar una idea y luego la Asamblea General redactar la opinión consultiva de una forma que podría darle lugar a la Corte a terminar a través de la opinión enervando a alguno de los derechos de la República Argentina.
Es muy grave y hay algo que tenemos que tener en claro y yo no sé por qué cada diplomático, cada académico no quiere morirse sin solucionar la cuestión Malvinas. Yo te he convencido que me voy a morir mucho antes que se solucione la cuestión Malvinas y que como los chinos tengo que trabajar por el tiempo y quiero dejar sembrar la base para que esto sea posible, olvidándome que yo no los voy a ver de ningún lado. Entonces, nosotros tenemos que tener en cuenta en qué posición está la República Argentina. La Argentina es un actor irrelevante en el mundo actual. O sea, tiene todas las condiciones para hacer un factor relevante, pero la circunstancia real indica que hoy es irrelevante. No estamos en la misma posición que estamos en el año 65, cuando logramos la Resolución 2065, o en el 68´: ni siquiera en el 82, cuando teníamos un arsenal cinco estrellas.
Nosotros estuvimos a cuatro o cinco días de lograr, no digamos la victoria, pero un cese fuego favorable a la República Argentina. Cuatro o cinco días, lo dice el general Jeremy Moore17. O sea, fue la debilidad del alto mando argentino, lo que no le permitió avanzar un poco más en el tiempo, porque los británicos estaban sin municiones. Un Almirante británico da cuenta que la mayoría de los barcos tenían problemas. O sea, estaban en una situación muy difícil.
Pensemos que la Marina de los Estados Unidos, cuando surge el Task Force, hace un estudio y dice que es imposible que recupere las Malvinas, por las dificultades logísticas que tenían. Entonces, tampoco estamos en el año 1982.
O sea, yo estimo que la Argentina ha sufrido 50 años de decadencia, en distintos sentidos. En algunos hemos avanzados, pero no en cuanto balance de significación internacional. Entonces, nosotros nos vamos a poder influir en que la Asamblea General decida algo. Hasta sería una locura -cosas que anda dando vuelta en el Consejo de Malvinas- Pretender una nueva resolución como la 2065.
Esto yo sé que a muchos les parece una buena idea, incluso a personas muy capaces y honestas, y dicen que tenemos que lograr que la Comunidad Internacional emita otra resolución. Lo que ocurre es que en estos momentos, la República Argentina no está en condiciones, de lograr otra resolución. ¿Y qué ganaríamos?
Es muy fácil, nosotros tenemos la resolución 2065 que reconoció la existencia del conflicto y estableció el modo de resolverlo, o sea, está todo dicho. Además, establece el término argentino de respeto de los intereses. O sea, hemos logrado todos los objetivos. Si nosotros lo sometemos a la Corte Internacional de Justicia en forma contenciosa, suponiendo que prosperara y los británicos lo aceptaran, si sometemos la cuestión a una opinión consultiva, o sometemos una nueva votación, pueden cambiar lo términos porque: primero, el fallo puede ser adverso, segundo, la opinión consultiva puede enervar los Derechos argentinos, y tercero, la nueva resolución puede ser más suave y no lograr, la misma cantidad de votos de la 2065.Es decir, que, en el mejor de los casos que la Argentina triunfara estaría en la posesión actual.
Es decir, que es muy loco arriesgar toda esta certeza por una cuestión de protagonismo. Para decir “yo fui”. Porque después nos vamos a arrepentir. O sea, nosotros lo que tenemos, que hacer a nivel internacional, es limitarnos a pedir el cumplimiento de la resolución 2065 y todas aquellas resoluciones que la ratifican, y tratar de no arriesgar nada de lo que tenemos, y dejar de lado la soberbia argentina de creer que somos importantes, porque somos respetuosos el derecho internacional y todos lo son.
Nosotros no estamos en las mismas condiciones que en 1965, no estamos en las mismas condiciones que en 1974, cuando se produjo el conflicto con el Almirante Storni, no estamos en las mismas condiciones que en 1982. Y tenemos que asumirlo. Está bien el camino de decir, bueno, consolidamos en el plano interno argentino el conocimiento de nuestros derechos, tratamos de ejercer un poder suave a través de los grupos, mantengamos a través de todos los foros internacionales los apoyos o la retórica del reclamo, pero después hay que empezar a construir la estrategia en serio.
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Otro de los factores también que es importante tener en cuenta, avalando, avalando lo que decís vos, yo no estoy de acuerdo que ni que se vaya a la Corte Internacional de Justicia, ni que se quiera un asamble ni nada por el estilo, porque en el caso de la Corte Internacional de Justicia o una asamblea, la Corte Internacional de Justicia puede analizar cosas que ni siquiera son pedidas, se puede ir aparte de eso y puede tomar partido muy grosero en algunas cosas.
Yo por eso durante el año 2022 me he dedicado a analizar este tema y tengo propuestas para dar conferencias en distintos grupos que me invitan anualmente y he elegido para el 2023 el tema de la inconveniencia del someter la Cuestión de Malvinas a la Corte Internacional de Justicia, donde incluyo el tema de una nueva resolución de la Asamblea. Y he elegido ese tema, que por ahí es medio áspero, no es tan rimbombante o no es tan gancho, pero lo he elegido precisamente para exponerlo ante estos rumores que tengo de que en el Consejo Nacional de Malvinas se quiere de ir avanzando en este sentido.
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Bueno, imaginate que la persona que pide, que es Marcelo Kohen, que pide y lo pidió en Malvinas, viajó a Malvinas, los isleños le alquilaron a un lugar para ir a disertar su idea de dividir la provincia, además del que llevó a Malvinas, es llevar Malvinas a la Corte Internacional de Justicia. Esa misma persona fue propuesta por la Cancillería Argentina a ser integrante de la Corte Internacional de Justicia que por suerte fracasó ante el brasileiro17.
Bueno, tuvimos una suerte de que el profesor Kohen fue mal recibido en Malvinas, porque es una refutación más que los kelpers no nos quieren.
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Él pudo, por ejemplo, alquilar, alquilar un lugar para disertar en Malvinas sobre su propuesta. Eso lo puede hacer cualquiera. Hay que estas avalado por el Reino Unido. Fue recibido por algunos miembros de la colonia Kelper y Falkland Company, asi como todo el dispositvo colonial le posibilitó alquilar un lugar para ir a disertar sobre una tesis que tenía, que era “Soberanía argentina, autonomía isleña”
No, no, a la larga era una forma de aceptar el principio de determinación de los pueblos, pero yo celebro la mala recepción de los isleños, porque eso demuestra lo que sucede en las islas. Porque acá es como que la clase política argentina todavía no entendió, y cree que va a enamorar a los isleños, que los isleños son argentinos porque nosotros tenemos una ley de nacionalidad distinta a la europea: y esto no es así.
Culturalmente los isleños son británicos y es muy raro que los argentinos los lleguemos a enamorar. Y además hay otro hecho, un hecho de la realidad que tenemos en claro, hubo una guerra por medio y en esa guerra los isleños de alguna manera participaron a favor de las tropas británicas, ya sea inteligencia o alguno, en el caso de las fuerzas de autodefensa civiles para las defensas, participaron en la batalla de Monte Longdon, quiere decir que se ha creado una conciencia muy arraigada en los kelpers, de que los británicos los fueron a liberar y que nosotros los queremos colonizar.
Está bien que se insista en los conceptos de la resolución 2065, de ser amable con los isleños, de que en el caso de que ellos lo aceptaran, respetar sus intereses, pero esta es completamente erróneo considerar en nuestro fuero íntimo, que eso los va a conquistar.
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Bueno, una de las cosas que yo siempre me molesta que le digan, dice no, los kelpers son argentinos, y yo digo no, los kelpers son británicos en suelo argentino, que no es lo mismo.
Los kelpers son los descendientes de los colonos que trajo el imperio, y defienden sus propios intereses, además de que hay un abismo cultural.