martes 08 de octubre de 2024 - Edición Nº2134

Análisis | 14 mar 2023

Por Jorge Alegrechy 🪶

⚖️☠️Sin justicia, no hay paz ni democracia


Comenzó de lleno la campaña electoral para este 2023, que vendrá cargada de mentiras, noticias falsas propagadas por los medios hegemónicos; intervenciones de la justicia parcial, y contradicciones de candidatos que llevan a la ciudadanía, especialmente a los jóvenes, a descreer de la política, de los políticos; de los medios periodísticos y del Poder Judicial.

 

Ante esta situación, se escuchan comentarios de jóvenes que no han vivido durante la época de la última dictadura militar, la frase común es “que vengan los militares” y, lamentablemente, se ve que, en sus casas, los familiares adultos no les informan lo que realmente pasó en esos años de plomo. Por suerte, muchos jóvenes han “abierto la cabeza” con la película “1985”. Bienvenida.

 

Está claro que desde 1983, la clase política ha cometido infinidades de desmanejos y actos de corrupción, que hacen descreer de la democracia, que con sus claros oscuros es la mejor forma de gobierno, pero con la indispensable división de poderes como indica la Constitución; algo que no ocurre en estos últimos años, donde se ha rebasado el límite. El Poder Judicial se ha entrometido tanto sobre el Ejecutivo como en el Legislativo. Muchos casos lo demuestran.

 

La justicia está cumpliendo un papel nefasto en estos años, mayor a lo que la historia nos manifiesta sobre lo que hacían sus antecesores desde los albores de nuestra patria; siempre fallando a favor de los poderosos y el capital extranjero. Sobran ejemplos.

 

Sin ir tan atrás en el tiempo, ya en el siglo XX, legitimó el golpe de estado de 1930 contra Hipólito Yrigoyen1; permitió el Fraude Patriótico durante la Década Infame2; los negociados con los terrenos del Ejercito de Campo de Mayo; aceptó la proscripción de políticos; blindó toda acusación contra los miembros del Establishment de ese momento, etc.

 

Desde 1930, cada golpe de Estado, tenía en el Poder Judicial sus personeros que aprobaban y juraban sobre los lineamientos de los golpistas. Hoy, ya en democracia, el comportamiento cuasi mafioso de jueces y fiscales, tan alejados de la administración de justicia, han logrado que un 85% de la población no crea en ellos, y se lo designa como el Partido Judicial.

 

Es una constante que la parte corrupta del Poder Judicial o el Partido Judicial3, actúe en connivencia con Juntos por el Cambio, con fallos que aterran contra políticos opositores, jueces y fiscales que no se pliegan a sus requerimientos de persecución contra periodistas, empresarios, y todos aquellos que les “molestan”, pues no quieren entrar en sus entramados mafiosos.

 

Si actúan de esta forma con esta gente, que podremos esperar los ciudadanos de a pie.

 

Para no olvidar veamos algunos casos donde se ve el accionar conjunto de la triada macrismo, medios hegemónicos y la parte corrupta del Poder Judicial, con fallos por lo que habría que cerrar las facultades de derecho de todo el país.

 

Caso Correo4: tras 20 años sigue sin resolución y donde M. Macri está implicado por no pagar el canon.

 

Mesa de dinero de La Rosadita5: cuando apareció el nombre de A. Calcaterra, el primo de Macri, se terminó la investigación.

 

Aportantes truchos en la Pcia. de Bs. As.6: caso sin resolver pues están implicados la ex Gobernadora M. E. Vidal y legisladores del PRO.

 

Caso Nisman7: tras ocho años sigue abierto el expediente, aunque no hay una sola prueba de asesinato y si pruebas contundentes del suicidio del fiscal.

 

Nombramiento de jueces por decreto8, sin acuerdo del Senado: en nuestra historia solo lo hicieron B. Mitre, J.C. Ongania, J. R. Videla y M. Macri.

 

Atentado contra la Casa Rosada con antorchas y al Congreso con piedras: sin culpables a pesar del tiempo transcurrido.

 

Caso Lago Escondido9: sin avances en la investigación sobre el escandaloso encuentro de jueces, fiscales, empresarios de medios y funcionarios de la Ciudad de Buenos Aires, donde cometieron toda clase de delitos para ocultar la “excursión”.

 

Después de 6 meses del atentado a la vicepresidenta Cristina de Kirchner no se profundiza para juzgar y condenar a los responsables intelectuales y financieros del intento de homicidio.

 

Se podría seguir enumerando casos, pero solo hay que tener en cuenta que sin justicia no hay paz y una democracia devaluada. Además, sin justicia legal, la historia muestra que viene la justicia popular y eso es peligroso para el país

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