domingo 16 de junio de 2024 - Edición Nº2020

Opinión | 10 jun 2023

Ariel Rolfo ✍️

🏰 El feudalismo político del Siglo XXI


El feudalismo fue un sistema social, político y económico que predominó durante la Edad Media, desde el siglo IX al XV. Estuvo caracterizado por el sistema de vasallaje1 y es considerado por muchos como la «Edad Oscura»2, debido a las sangrientas guerras, las epidemias y el escaso avance científico.

 

El feudalismo político del Siglo XXI en la Argentina en la faz partidocrática se ha corporizado en parte de su clase política y en particular en sus gobernadores3 que sistemáticamente se niegan a dar voz y voto para definir candidaturas, sino que privilegian la “rosca política superestructural” donde sus “vasallos” solo tienen la posibilidad de obedecer y aceptar las decisiones cupulares tomadas por estos Señores Feudales de la política.

 

Esta práctica que privilegia la picardía partidocrática por sobre la gestión de gobierno, ya que en gran medida privilegia operadores políticos como funcionarios en lugar de cuadros político técnicos idóneos de cada área, también ha contribuido a que esta casta haya creado una “Edad Oscura” de la política contemporánea en la cual no han podido solucionar los acuciantes problemas del pueblo y la nación sino que solo ha servido para que ellos, rosca o contubernio mediante, satisfagan sus apetencias personales o de cofradía esquilmando el Mana4 que emana de la política, acomodando a sus acólitos y familiares en un nepotismo repugnante5.

 

Nuevamente los gobernadores y algunos dirigentes de primer orden en el justicialismo, como durante la pandemia6 pero con otra excusa, pidieron en esta ocasión no anular las PASO como anteriormente pero sí implementar mecanismo de elección cupular7 de un candidato único eliminando la posibilidad de que sea el pueblo y la militancia peronista el que lo elija elección mediante dentro del Frente de Todos. 

 

Si se explicitara una Plataforma Electoral y Plan de Gobierno General del espacio como se ha planteado para llevar adelante después por el candidato elegido no debería haber ninguna razón válida por la cual impedir que la población y la militancia peronista elija a quien más la represente para llevarlo adelante dándole la legitimidad máxima que da una elección. 

 

Siendo que evidentemente no existe consenso interno para elegir un candidato, los esforzados y maniqueos planteos políticos respecto de la conveniencia de evitar una elección interna en las PASO solo son excusas malintencionadas de estos Señores Feudales de la Política para dejar en el terreno cupular la decisión ninguneando a las bases.  

 

Evidentemente estos Señores Feudales de la política no están dispuestos a permitir que “sus  vasallos” decidan por ellos; lo que constituye una falta total de respeto hacia la población y las reglas democráticas estatuidas que amparan principalmente al pueblo de actitudes despóticas y antidemocráticas como las que nuevamente pretenden tener los gobernadores y algunos dirigentes de primer orden. 

 

Vergonzoso es el comportamiento de estos encumbrados dirigentes en su sistemático ninguneo al Pueblo y menosprecio por la militancia a la que consideran, como lo hace la rancia Oligarquía Conservadora, incapaz de decidir, adjudicándose en los hechos ellos una prerrogativa política de voto calificado.  

 

Por supuesto que los problemas de la población no resueltos por la política son otros y estas cuestiones de la partidocracia hoy la tienen sin cuidado e inclusive la observan con un gran desprecio focalizado en sus actores y en esta casta, pero lo llamativo de esta situación es que mucha de la militancia política que se halla involucrada en este ámbito en lugar de exigir la implementación de los mecanismo vigentes que permiten ejercer con el voto su voluntad política prefieren seguir sumisos y obedientes las decisiones que otros tomaron por ellos en una actitud clara de infravaloración y vasallaje político. 

 

Mientras los principales referentes del peronismo en lugar de permitir el juego limpio interno sigan teniendo el foco en triquiñuelas partidocráticas o alquimias políticas para sacar ventaja o ponerle palos en la rueda al otro, el peronismo inevitablemente seguirá lejos de lograr una anhelada institucionalidad que sea solida porque está legitimada en la voluntad popular y la coherencia doctrinaria programática.  

 

En estas instancias el Movimiento seguirá zigzagueante y errante en el devenir histórico, a la zaga de algún grupo de circunstanciales dirigentes feudales o de algún “dirigente carismático salvador” que en forma autocrática decide lo que tiene que hacer el conjunto, donde además muchas veces en los hechos estos encumbrados dirigentes solo terminaron satisfaciendo sus apetencias personales defraudando al pueblo y a la nación.

 

Si en lugar de institucionalizar con democracia interna el Movimiento, de tener coherencia doctrinaria, capacidad, planificación y efectividad en la gestión de gobierno en favor del pueblo y la nación, si se sigue en la alta dirigencia privilegiando como acción principal la política partidocrática maniquea, el peronismo seguirá estando lejos de lograr la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación, seguirá degradándose y además dando lugar a que se repitan experiencias traumáticas gobierno para la población como aconteció en el 2015.   

 

ARIEL ROLFO

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