martes 08 de octubre de 2024 - Edición Nº2134

Opinión | 28 ago 2024

Privatizando ganancias fáciles y estatizando el desguace


Por:
Mgtr. Carlos Andrés Ortiz✍️

Tal como en un rapto de sincericidio dijo, que desde adentro (como topo infiltrado, según su expresión), el presidente busca destruir al Estado Argentino, exaltadamente y en el marco de la habitual incontinente verborragia cargada de exabruptos y groserías que son frecuentes en sus disertaciones, con mucho apuro y notable falta total del más elemental patriotismo, se está procediendo a implementar el desguace total del Estado Argentino.

 

Muchos parecen no haber tomado conciencia de la extrema gravedad de esa decisión, que de no frenarse y revertirse llevará al colapso total de nuestro querido país; lo cual es de elemental razonamiento, pues el Estado es la argamasa sobre la que se asienta y construye la Nación, lo que a su vez es el sustento de La Patria misma.

 

Entre las muchas muy negativas decisiones que con toda premura se están tomando, a partir del “vale todo” perpetrado desde las sanciones de normas ad hoc con las que se invistió de atribuciones que se asemejan a la suma del Poder Público, al exacerbado accionar del Poder Ejecutivo, en forma sintética trataremos de poner al descubierto las extremas negatividades que implican algunas de esas decisiones, claramente atentatorias contra los Altos Intereses Estratégicos de Argentina.

 

-           Disponer de una aerolínea de bandera tiene una muy alta importancia estratégica, mucho más en una nación de dimensiones continentales como Argentina. La conectividad con la que se une a todas las provincias, tiene una enorme relevancia, y ya se pudo constatar que eso no sucede con las aerolíneas privadas, que priorizan su rentabilidad y por supuesto no consideran en absoluto las necesidades estratégicas de nuestro país. Y la importancia de disponer de aviones propios, se pudo constatar en la pandemia, cuando trasladaron las vacunas provistas por Rusia, y luego por otros países. 

 

Por otra parte, cabe recordar que por el miserable accionar de la empresa extranjera que se había quedado con nuestra línea aérea, no se hacía el mantenimiento debido a las aeronaves, lo que provocó la caída de una de ellas, en el trayecto Posadas - Buenos Aires, con las luctuosas consecuencias, lo cual tuvo escasas repercusiones en los medios concentrados, además de la lentitud y aparentemente laxas penalidades impuestas por “la justicia”, por el accionar claramente culposo, de los “eficientes” privados.

 

Ahora, comenzando el nuevo proceso de desguace de Aerolíneas Argentinas, se abandonó la importante conexión con EEUU, lo que favorece a empresas de ese país. Y las estratégicas conexiones internas, así como las existentes con naciones cercanas, están bajo amenazas de anularse. Lamentable.

 

-           También se difundió -muy escasamente- que cesarían los vuelos de LADE, los que, en la extensa Patagonia, son muy importantes. Dato a confirmar, pero acorde al accionar desguazante libertario. 

 

-           Con nula mentalidad federal, muy típica de neoliberales, libertarios y similares cipayos, las estaciones de Radio Nacional, que en La Patagonia servían de nexos a los pobladores, retransmitiendo localmente mensajes muy útiles en el contexto de esa fría y vasta extensión de nuestro país, pasó a ser manejada desde Buenos Aires, anulando el accionar con enfoques locales, que tan importantes eran.

 

-           La decisión de privatizar las importantes grandes hidroeléctricas de la zona del Comahue (ubicadas en Neuquén y Río Negro), solo se puede “justificar” en base al cerrado dogmatismo de la dudosamente fundamentada Escuela Austríaca de la Economía, de la cual Milei es confeso seguidor y odiador visceral de todo lo Estatal. Desde la lógica económica elemental, no tiene justificativo alguno que vuelvan a manos privadas (estaban concesionadas, desde el nefasto menemato), pues son las grandes generadoras eléctricas de más bajo costo real -por mucho-- por kWh. 

 

Esas hidroeléctricas se construyeron con fondos del Estado Nacional, son muy eficientes, y al concesionarse sus operaciones, en los años ’90, no se pudo ocultar que estaban en excelentes condiciones de operabilidad, con muy buenos mantenimientos. Eran operadas por la Estatal Hidronor (Hidroeléctrica Nord Patagónica), disuelta como tantas otras con premeditación y alevosía, en aquel período de exacerbación neoliberal que fue el menemato, continuador directo del nefasto “proceso”, o sea uno de los antecesores doctrinarios del actual gobierno.

 

Es decir que se volverá a pagar, a entes privados (posiblemente extranjeros), solo por “subir y bajar las palancas de generación”, y -conociendo las operaciones “privatísticas”-, seguramente pagando mucho más caro por la energía que su costo real.

 

Esas operaciones tan negativas, de operar para pagar mucho más por la energía que en forma más económica y eficiente puede ser generada por el propio Estado Nacional o los Estados Provinciales involucrados, son poco conocidas por el grueso de nuestra población, por el silencio mediático casi total, de los medios concentrados que operan al servicio del poder establecido, como también en buena parte por el desconocimiento general de los aspectos técnicos acerca del muy estratégico Sector Eléctrico Nacional; el cual a su vez forma parte del mega Sector Energético Nacional.

 

En esas estratégicas áreas, el rol del Estado activo y presente, fue sumamente importante, priorizando las Necesidades Nacionales, dentro de las cuales están la cobertura de la creciente demanda del consumo interno, y los desarrollos tecnológicos; mientras que los privados priorizan sus utilidades, las cuales las obtienen de las tarifas, que termina pagando el pueblo argentino, y les importa poco o nada que la calidad del servicio evite cortes masivos y otros problemas operativos, como ya sucedió y como corremos el serio riesgo de repetir cuadros caóticos, ante la inacción total del Estado hoy ausente, en un servicio esencial como lo es el eléctrico.

 

Nos llevan a los empujones a un cuadro de caos total, pero en medio del aquelarre generalizado, casi nadie parecería haber tomado conciencia de la gravedad del contexto general, acentuado por la irracional parálisis general de todas las obras de Generación y Transmisión, imprescindibles para atender adecuadamente las necesidades del servicio.

 

Dentro de las muchas referencias mundiales respecto al manejo energético, cabe mencionar enfáticamente, que las naciones con vocación de grandeza, como por caso Brasil y Francia (entre muchas otras), tienen el accionar del Estado como base del desarrollo eficiente de sus respectivos Sectores Eléctricos.

 

Acá, libertarios y neoliberales, nos llevan a la anomia e improvisación que caracteriza a los enclaves coloniales y a meras dependencias productoras primarias manejadas por corporaciones extranjeras, carentes de toda noción de dignidad nacional e independencia efectiva.

 

MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ

Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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