viernes 31 de octubre de 2025 - Edición Nº2522

Entrevistas | 30 oct 2025

“Argentina esta atrapada en una política antártica centralista, unitaria y castrense”


Por:
Luciano R. Moreno Calderón (UMA) 🪶 ⚔️

Poco antes de que el 22 de febrero de este 2025 se cumplieran los 121 años de ininterrumpida presencia Argentina en la Antártida, me puse dispuse a entrevistar a Daniel Leguizamón, un especialista en las cuestiones antárticas que tiene no solo una mirada muy nutrida y fueguina sobre esa porción de territorio argentino.

Daniel entre los años 1992 y 2000 fue presidente del Instituto Fueguino de Turismo (INFUETUR) y Secretario de Turismo de la Municipalidad de Ushuaia 2007 a 2015. Durante toda su vida se dedicó al turismo y a la militancia por el trazado de una política circumpolar provincial, en este sentido, es reconocido por sus proyectos para crear el “Área Antártica Internacional Ushuaia”.

Además de su gestión pública, es un activista incansable en lo relativo a visibilizar la necesidad de que la Isla Grande de Tierra del Fuego se convierta en el punto optimo de acceso a la Antártida no solo desde lo turístico sino en términos logísticos, educativos y científicos.

Durante la entrevista, el especialista nos brinda una mirada muy interesante sobre un pasado reciente que es importantísimo tener presente 

 

ENTREVISTA

 

  • ¿De qué trata el proyecto de “Área Antártica Internacional Ushuaia”, planteado en los años 90´ y que todos los años parece que algunos desentierran desde lo discursivo, pero que nunca se lleva adelante.

Cuando se provincializa el ex territorio Nacional de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico Sur, hubo una gran efervescencia política, cultural y un esfuerzo muy grande para ver cómo dotar a la nueva provincia de las herramientas para no solamente sostener a la población, sino también para posicionarse a nivel internacional, en un montón de factores. Y uno de los temas ineludibles que debíamos afrontar, incluso por mandato de nuestro propio nombre de territorio nacional y luego de provincia –“Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur”-  era ser la puerta de entrada más cercana a la Antártida.

Ni bien asume Carlos Saúl Menem, con una fundación que creamos en Ushuaia llamada FUTURIS le entregamos en octubre de 1990 al presidente una propuesta para hacer de Ushuaia lo que estaba haciendo en ese momento Nueva Zelanda y lo que después iba a hacer Australia. Le presentamos un proyecto en el que proponíamos transformarla en una plataforma científica y académica hacia la Antártida que aprovechara el CADIC, buscando que cuando cualquiera quisiera hacer un estudio específico, pensara en usar a nuestra ciudad capital para llegar para llegar a esa porción del extremo sur.  

En diciembre del 90´ sale el Decreto N° 2316 de Política Antártica Nacional, en el cual  se plantea que Tierra del Fuego y Ushuaia tienen que ser la Puerta de Entrada a la Antártida, y en enero del 91´ el General Leal -en ese momento Director Nacional del Antártico- crea un grupo mixto entre Cancillería y Defensa para ver cómo activar ese decreto. Ese mismo año se realizan reuniones en Ushuaia, a las cuales obviamente nos invitan como gobierno provincial, y en las que estuve presente. Todavía tengo en carbónico los borradores de un documento realizado por los máximos expertos argentinos, en el cual plantean una serie de posibilidades que tiene Ushuaia para desarrollarse como puerta de entrada a la Antártida, especialmente en la parte privada.

En el año 92´ arranca el primer gobierno provincial, y de inmediato con el gobernador Estabillo y el gabinete tomamos todo eso que habían hecho los grandes expertos nacionales durante sus reuniones en Ushuaia, sumamos el proyecto que tenía FUTURIS de hacer una plataforma científica y académica, y creamos un proyecto que se llamó “Área Antártica Internacional de Ushuaia”.

Ese proyecto planteaba hacer de Ushuaia una plataforma dentro de lo que es la lógica del Tratado Antártico -del cual Argentina es uno de los fundadores- haciendo foco en la cooperación internacional, principalmente en todo lo que es investigación científica.

Este proyecto de la Antártica Internacional tenía cinco componentes.

Un componente operativo -o sea, institucional- con el cual buscábamos que importantes organizaciones antárticas tengan sede en Ushuaia como la tienen en Christchurch -Nueva Zelanda- o en Hobart –Australia-. La idea era ofrecer este lugar a organizaciones internacionales de primer nivel, aprovechando que en términos logísticos estamos en el lugar más cercano a la Antártida, y que eso nos facilita poder acercarle a toda la actividad internacional lo que necesita para hacer sus investigaciones en el continente blanco.

En lo que refiere al componente científico proponíamos aprovechar el CADIC y la gran cantidad de investigadores que estan trabajando en la Antártida, y así tener un centro de investigación importante que sea una plataforma para que el mundo pueda acceder a la Antártida.

Despues también está la parte académica-educativa, que es lo que ahora se está planteando de alguna manera desde la Universidad de Tierra del Fuego AeiAs (UNTDF, AeiAs), y que implica construir un Centro Antártico para que cualquier persona que llega a Ushuaia tenga un lugar para conocer qué es lo que pasa en la Antártida. Porque si bien mucha gente viene Ushuaia por la cercanía con el territorio antártico, la realidad es que muchas de esas personas no van a llegar a la Antártida, y nosotros deberíamos mostrarle qué es lo que pasa allá.

Todo esto que te estoy comentando no solo se pone en un proyecto en el año 93´, sino que en el mismo año invitamos a la “ECO Tierra del Fuego 93´” al programa Antártico de Nueva Zelanda, por lo cual vino el director y el CEO de la empresa que manejaba el modelo más importante del mundo en cuanto logística Antártica. Tuvimos una reunión en el CADIC con ellos, a la cual asistió gente de Nación, de Cancillería, de Defensa, y del Ministerio de Economía. Y todo ello porque nosotros queríamos que las autoridades argentinas vean cómo funcionaba un programa civil -no militar- que sigue siendo el más exitoso del mundo.

Cuando nos sentamos a conversar nos plantearon algo que es lógico, y que lo ve cualquiera que llegue acá: “nosotros en Nueva Zelanda solamente tenemos el componente aéreo, porque estamos tan lejos de la Antártida que el componente marítimo no existe, solamente tenemos la conexión aérea. Tampoco tenemos turismo. Ustedes tienen todo, están a mil kilómetros”.

Fue tal el nivel de entusiasmo que hubo, que todo lo dicho quedó plastamado en las conclusiones de la ECO Tierra del Fuego 93´. Y fue tal la exaltación, que el gobernador me encargó ir a Buenos Aires para hablar con la Dirección del Antártico y con la Cancillería. Así se termina creando una comisión mixta entre la provincia y el gobierno nacional, para poner en valor el Proyecto Área Antártica Internacional de Ushuaia.

Eso fue a fines del 93´. Todo el 94´ se hicieron reuniones. En el 95´, cuando fue el desgraciado suceso de Semana Santa se complicó todo. El proyecto ya no lo tuvo más el INFUETUR, sino que pasó al área de planeamiento, se creó una dirección y cambiaron todo el proyecto, por lo cual se terminó diluyendo.

El Proyecto Área Antártica Internacional se vuelve a tratar a partir del año 2003, cuando sale la Ley provincial fueguina N°585/2003 de “Política Antártica Provincial”. Una ley que fue el resultado de un trabajo mancomunado entre la Dirección Nacional del Antártico, la Dirección Antártida de Cancillería, la Asociación Argentina de Derecho Internacional, el CADIC y las universidades.

La Ley N°585, es una ley de vanguardia, donde se plantea la necesidad de hacer el Proyecto Área Antártica Internacional -crear una plataforma operativa y logística- no solo por razones geopolíticas, sino por cuestiones económicas. Porque, hay que decirlo, nosotros estamos perdiendo una cantidad enorme de posibilidades para nuestra gente.

El proyecto también hacía foco en la parte educativa, porque una de las cosas que hablamos mucho con las comisiones de Antártida, es que resulta increíble que, en un lugar como la provincia de Tierra del Fuego, Antártida y el Atlántico Sur, recién hace poco se haya empezado a trabajar en los colegios con estos asuntos.

O sea, te hago una consulta, ¿qué provincia debería proveerle a la Cancillería expertos en temas antárticos? ¿Jujuy? ¿La Rioja? Nosotros tenemos que proveer. ¿Y quién los tiene que preparar? ¿Para qué está una escuela? ¿Para qué está la educación? La escuela y la universidad es el ámbito donde se forman las futuras generaciones.

El proyecto de Area Antártica Internacional y esta Ley N°585/2003, trata todos esos temas. Por eso decíamos que es una ley de vanguardia, que tristemente que nunca se reglamentó ni aplicó. Y una de las cosas que planteaba esta Ley, es generar algo que Argentina siempre dicen que nos falta: previsibilidad y seguridad jurídica.

La ley tiene dos artículos que consolidan estos dos factores imprescindibles para las inversiones y el trazado de políticas de Estados. En ella se estiula que una vez que se hace un acuerdo entre, por ejemplo, la Dirección General de Puertos o Dirección de Antártida, o quien sea, con un programa antártico científico o empresarial, pasa por la legislatura, y si la legislatura le da acuerdo, ya tiene fuerza de ley y ese acuerdo no se puede cambiar. O sea, busca brindar todas las herramientas, que nunca se aplicaron.

 

  • Vos me hablabas de que muchas veces las políticas antárticas que quiere llevar adelante el gobierno provincial no se llevaban por algunas fricciones entre la política nacional y la política provincial.  Y vos me hablabas de la diferencia entre política circumpolar y política antártica. ¿Me comentás de qué trata esa diferencia y en qué influye? 

Ahí tenemos un conflicto semántico con Nación. Porque cuando nosotros hablamos de una política antártica, Nación nos llama la atención y dice: “no, la política antártica, por el artículo quinto de la Ley 18.513, la hace el gobierno nacional”. Entonces nosotros decimos “no, no, no. Lo que estamos buscando es trazar una política circumpolar”.  Es decir que, lo que perseguimos no es decidir sobre lo que pasa en la Antártida, sino que lo que pretendemos es analizar y planifica lo que pasa de acá hacia la Antártida.

Nosotros tenemos un slogan desde el año 1992 que es: Ushuaia conexión optima entre Antártida y el mundo.  Ushuaia ya es una de las cinco puertas de entrada, pero somos la menos activa del mundo en el tema científico y logístico. Y por eso lo que planteamos como eslogan -Ushuaia, Tierra del Fuego, Conexión óptima- quiere decir que debemos buscar ser los mejores en toda la parte Científica, académica y logística, apuntando a generar prestigio, predicamento y liderazgo. Eso es lo que se pensaba cuando arrancó la provincia. Y si bien estaba todo hecho para que fuera así, después se fue diluyendo.

Por eso es muy importante diferenciar entre política antártica (que es lo que hace nación y tiene que ver con lo que pasa en la Antártida), y política circumpolar (que es lo que hacemos acá en Tierra del Fuego, para la Antártida).  Y no solamente para la Antártida, porque tambien tenemos que recordar que somos una provincia marítima. 

No tenemos ningún centro de interpretación antártico, salvo el que hizo Carlos Bairo en su museo. Tampoo tenemos nada que represente al enorme potencial marítimo, no solamente económico, sino geopolítico y estratégico. Somos una provincia que se ha dedicado a administrar lo que se pudo, de espalda al mar y a la Antártida, a pesar de que hay herramientas para terminar con esta ausencia.

De hecho, en 2004 –año en que se celebraron los 100 años de presencia permanente e interrumpida en la Antártida- en Ushuaia la Cancillería junto con la Legislatura y la Asociación Argentina de Derecho Internacional hizo un simposio científico-jurídico, del cual surge la Ley Provincial N°640 que habla de hacer un “Área Antártica Internacional de Ushuaia”: un proyecto civil con todas las herramientas que plantea la Ley 585 del año 2003, que son las de vanguardia a nivel internacional.

Lo que tenemos que hacer es competir. Nosotros entendemos que Chile tiene que hacer su política, Nueva Zelanda la suya, Australia la suya, pero nosotros tenemos que hacer la nuestra y ser hipercompetitivos. Para ello pusimos las herramientas con las leyes, pero lamentablemente todo quedó en anhelos, porque porque la realidad es que hoy desde Punta Arenas salen casi la totalidad de los programas antárticos internacionales, salvo el turismo, que opera acá porque tenemos dos días menos de navegación. 

Lo más importante para el Trato de Antártico es la parte científica y logística, y lamentablemente Chile ha hecho un trabajo muy serio y tienen casi el 100%. Y eso lo lograron con una política muy coherente, porque no es que modifican todo con cada cambio de gobierno, sino que tienen una continuidad. Nosotros deberíamos hacer nuestra política y deberíamos ver las herramientas que hay, y si hace falta perfeccionar alguna, deberíamos perfeccionarla. 

¿Sabés lo que a mí me duele en el alma?, ver cómo estamos traicionando a las futuras generaciones. A mis hijos, a mis nietos y a toda la camada de los que vienen. No puede ser que Tierra del Fuego no haya desarrollado su potencial circumpolar como podría haberlo hecho. En algún momento esto tiene que tener un giro.

 

  • ¿Qué rol tendría que adoptar Argentina con Chile? ¿Ambos deberían cooperar, deberían competir, deberían excluirse? ¿Cómo debería ser la relación? 

Hay ámbitos donde podemos competir, y hay ámbitos donde tenemos que complementarnos. 

Vuelvo a insistir, en los años 90, cuando arrancó el gobierno, nosotros propusimos a Chile un sistema de integración a la europea. Es decir, abrir todo. Por ejemplo hoy, si nosotros queremos ir a los glaciares chilenos no podemos porque tenemos que pasar por Puerto Williams.  Tenemos que hacer 140 kilómetros de más. No podemos pasar por El Murray para ir a la Antártida.  Si queremos sobrevolar para ir Williams o para ir a la Antártida, no podemos. Si queremos ir al Cabo de Hornos tenemos que ir con veedor militar. Y todo esto en pleno siglo XXI. 

En algún momento desde Puerto Willimans a título gratuito quisieron usar nuestro aeropuerto que salió 50 millones de dólares para desarrollar Argentina. Pero si no hay reciprocidad ni beneficios para ambos es el germen de futuros conflictos, por lo que para poder lograr ese nivel de cooperación hay que sentarse a hablar. Tenemos una cuestión de hermandad y debemos que sentarnos a ver cómo hacemos para potenciarnos.  Cada uno cuidando sus intereses, obviamente.

 

  • ¿Qué crees que es lo que sucede a nivel de alta política, que impide que la política antártica sea algo prioritario, teniendo en cuenta todas las riquezas todavía inexploradas que tiene la el Continente Blanco?. 

Yo lo que creo, y lo hablo con muchos amigos míos que están en Cancillería y militares, es que el problema es esta histórica visión centralista, unitaria y castrense, que no ha sido buena para los resultados del país. Esto de que todo lo hagan solamente los militares, no va más... 

Te doy un ejemplo claro. Vos lo entrevistaste a Olvaldo Mella, a quien vengo acompañando hace mucho tiempo en algunas gestiones que hizo buscando le autoricen hacer un vuelo a la Antártida y no se puede porque si no es un avión militar, no se puede. Desde Punta Arenas, el año pasado la empresa chilena Aerovías DAP hizo 200 operaciones a la Antártida,

O sea, allá pudieron hacer 200 operaciones turísticas y logísticas en la temporada pasada, que significaron alrededor de 80 millones de dólares. Y del lado argentino no se puede porque solamente las Fuerzas Armadas pueden realizar tareas logísticas.

Entonces la pregunta es, ¿Qué gano Argentina apostando todo a esta idea de permanecer en una visión corporativa de que solo las Fuerzas Armadas puedan tener control logístico en la Antártida? Una postura que, a la fecha, involuntariamente es absolutamente funcional a intereses que no son los nuestros. Los 22 programas internacionales que hay, operan desde Punta Arena, no desde Ushuaia, y no lo hacen por todas las trabas que nos han puesto. Espero en algún momento el gobierno nacional le dé una mano a Tierra del Fuego.

Se habla de que en el 2048 se puede llegar a rever el tema del Tratado Antártico porque vence el Protocolo de Madrid.  A ver, Chile va a tener 22 programas, que van a estar 50, 60, 70 años, y nosotros no tenemos nada. O sea, ¿Qué le estamos dejando a los que vienen?      

Tenemos un puerto de aguas protegidas. A 500 metros tenemos un aeropuerto internacional donde entra cualquier tipo de aeronave, hasta los más grandes del mundo. Tenemos una ciudad-soporte. Tenemos el CADIC y a una sede de la universidad nacional a metros del aeropuerto y no lo utilizamos nada de eso para competir. 

 

  • Vos hablás de hacer algo en lo que es la península de Ushuaia. Comentanos más o menos cómo sería el diagrama de lo que planificaron. Te consulto porque ahora desde Nación se está planeando hacer algo muy parecido.

No, muy parecido no. Esto que plantea hoy el Ministerio de Defensa es un sorprendente despojo del componente logístico del proyecto provincial “Área Antártica Internacional de Ushuaia”. Porque lo que se está proponiendo es desnaturalizar totalmente algo que ya estaba totalmente acordado hace muchísimos años.

Es más, en su momento el gobierno provincial planteó desarrollar SOLANTAR (Soluciones Operativas Logísticas Antárticas Argentinas), como un consorcio conformado por la Cancillería con la Dirección Nacional del Antártico e Instituto Antártico Argentino, Ciencia y Tecnología, Defensa y la Provincia, para administrar el “Área Antártica Internacional de Ushuaia”.

Y todo eso iba a ser un sistema multimodal (3), de naturaleza civil, con enfoque científico y académico, en sintonía con la lógica y los criterios de avanzada que imperan en el ámbito antártico internacional, no una base militar.

Hay que tener en vista que actividad científica en la Antártida se va a seguir incrementando y de hecho, ya se está planificando el 5° Año Polar Internacional 2032-2033 y otros eventos preparatorios previos, que implica un trabajo conjunto y coordinado de más de 80 países para investigar preocupantes fenómenos en proceso y su impacto para el clima y la vida en el planeta. 

Y claramente a la actividad científica internacional no le simpatiza trabajar “bajo el instrumento militar de las Fuerzas Armadas” tal como expresa el Decreto mediante el cual se apropian del componente logístico del proyecto provincial “Área Antártica Internacional de Ushuaia”. Más cuando “en el vecindario” tienen disponibles otras opciones, como Punta Arenas y próximamente Puerto Williams, que manejan la logística antártica a través de APAL (Antarctic Punta Arenas Logistic) que es un muy próspero clúster de empresas privadas que brindan bienes y servicios especializados a la actividad antártica internacional. En tanto que el sistema portuario es estatal, pero manejado con criterio empresarial, No militar

Obviamente que jamás se nos ocurriría oponernos a que en términos de “defensa” proyecten lo que crean conveniente.

Pero es inentendible que arruinen el potencial de un proyecto basado en acuerdos, actas firmadas incluso por la Armada y por las principales autoridades nacionales, leyes y un fenomenal cúmulo de antecedentes y adhesiones, con el objeto de desarrollar una plataforma multimodal, de avanzada e imbatible.

En algún momento tenemos que dar un salto evolutivo y dejar que otras instituciones y organizaciones políticas, científicas, académicas y empresariales puedan hacer su aporte al desarrollo de la Argentina como, tal como sucede en las puertas de entrada de Nueva Zelanda, Australia y Chile

 

  • Vos en una parte también hablabas de crear un Area Franca Unificada

El proyecto Área Antártica Internacional de Ushuaia tiene cinco componentes y uno es un Área Franca. ¿Qué es un Área Franca? Es un lugar donde cada país o programa que opera en la Antártida tiene su espacio para almacenar material “en tránsito”, es decir un depósito fiscal con un régimen aduanero especial. 

Operativamente funcionaría de la siguiente manera: llega el avión o el barco, hace 300 o 400 metros, va al Área Franca, y a 300 o 400 metros puede salir por el muelle mixto, o si entra por el mar puede irse casi inmediatamente en avión a la Antártida, y esto es así porque aduaneramente no está dentro del país. O sea, cada país puede tener en Argentina, en Tierra del Fuego, en Ushuaia, el lugar donde operar a la Antártida sin trabas aduaneras que le impidan o frenen el ingreso de materiales fundamentales para las tareas logísticas o científicas que planean desarrollar.

 

  • ¿Eso pasa en otros lados del mundo? 

Claro, obviamente.

Eso pasa en este momento en Punta Arenas, pasa en Christchurch, en Nueva Zelanda, y pasa en Hobart. Y no casualmente esos son los lugares que tienen más éxito en cuanto a logística antártica.

En su momento, cuando desarrollamos el proyecto conceptual del Área Antártica Internacional, teníamos dos objetivos de máxima: competir sanamente con Chile por el volumen y posicionamiento -o sea, por cuántos programas iban a venir a Ushuaia- y competir con el otro cuadrante en el que están Nueva Zelanda y Australia, por excelencia y calidad.

Esos objetivos quedaron en el camino, pero es importante recuperarlos

Hoy lo mejor que puede hacer Tierra del Fuego en términos de cooperación, es generar prestigio, predicamento, influencia y liderazgo. Porque esa es la mejor manera de posicionarnos en términos diplomáticos para cuando se abra el Tratado Antártico. Y si bien esos cuatro factores son en los que tenemos que trabajar como lo hacen otros lugares, nosotros, a contrapelo de eso, quedamos encallados en criterios de mediados del siglo pasado.

 

  • Mariano Memolli hablaba también de trasladar a nuestra provincia la Dirección Nacional del Antartico.

Con Mariano Memolli trabajamos mucho ese tema y él tiene una idea muy interesante en ese sentido.

¿Donde está el epicentro antártico en Nueva Zelanda? No está en su capital, sino que está en Christchurch. ¿Dónde está el epicentro antártico de Australia? No está en su capital, está en Hobart, Tasmania. ¿Dónde está el Instituto Antártico chileno? No está en Santiago de Chile, está en Punta Arenas. ¿Dónde está el epicentro del manejo antártico argentino? En Buenos Aires a 3000 kilómetros de Ushuaia, que es el punto más cercano a la Antártida.

Mariano tuvo una gran idea para solucionar uno de los problemas que frena el que Tierra del Feugo sea el epicentro de la actividad antártica, que es gremial y que en su momento también lo tuvo Chile.

Como el personal de Buenos Aires no quería saber nada con venirse a vivir a Ushuaia, Mariano propuso que se tomen becarios del Instituto Antártico para instalarse en Ushuaia, y a medida que se fueran jubilando los de Buenos Aires, tomen protagonismo los que se asienten en nuestra provincia. 

Igual sigue siendo difícil comprender cómo, a contramano de los que hacen otros “países puente”, no se entienda que Tierra del Fuego debe consolidarse como epicentro de la actividad antártica nacional y en lo posible, internacional.  Y en todo caso, si desde el gobierno nacional consideran que es mejor dejar el programa antártico nacional en Buenos Aires o que opere desde la Quebrada de Humahuaca, que nos apoyen para captar programas internacionales.

Hace más de 40 años que trabajo en turismo, y en todas las presentaciones que me tocó hacer desde el INFUETUR y la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Ushuaia, siempre fuimos a las embajadas y consulados que nos ayudaban a reunir los operadores, y hablando con los cónsules le preguntaba: ¿si nosotros hacemos una política circumpolar para captar programas ustedes nos ayudan? Todos decían que “por supuesto”, pero para poder hacerlo tendría que haber una articulación entre Nación y Provincia, armar marketing en ese sentido, y tener todo armado.

 

  • ¿Crees que la clase política nacional y provincial está encaminada a tomar conciencia de esta situación y las necesidades que vos planteas?

Creo que en general, las difíciles coyunturas económicas y las urgencias electorales han desplazado los temas estratégicos o de mediano y largo plazo de las agendas políticas.  A nivel nacional ya es histórico el manejo centralista unitario castrense y no hay señales que estén dispuestos a modificar. Y a nivel local, no se ven iniciativas o acciones enfocadas a posicionar a Tierra del Fuego como plataforma antártica internacional, como sí existió en la primera etapa de la flamante provincia o en la primera década de este siglo con el dictado de las Leyes 585/03 y 640/04, o el Simposio Científico Jurídico por los 100 años de presencia antártica, o la Eco Polar Ushuaia 2006, etc.

 Ojalá hoy el tema antártico estuviese inserto en el corazón y la cabeza de los fueguinos como lo está la cuestión Malvinas. Tengamos en cuenta que vivimos en un espacio del planeta donde convergen fuertes intereses estratégicos y económicos. Y precisamente la Antártida es uno de los principales motivos del Reino Unido para sostener un anacrónico régimen colonialista en Malvinas.

Ya sea por cuestiones ambientales o intereses de otra naturaleza, existe una creciente actividad internacional en la Antártida y salvo en Turismo, en el resto estamos totalmente relegados y con un protagonismo totalmente irrelevante.

Antes de los 90´ por Ushuaia pasaba algo así como el 30% del turismo marítimo antártico, a partir del 2000 esto cambió y hoy aproximadamente el 90% el turismo marítimo hacia el continente blanco pasa por Ushuaia. En turismo aéreo tenemos el 0% y Chile tiene el 100%.

¿Pero qué parte del Tratado Antártico se habla de turismo? En ninguna. De lo que se habla es de la ciencia y de la cooperación logística para ciencia, y en eso, que es el corazón del Tratado, es donde buscábamos hacer foco.

Cuando planteamos desarrollar SOLANTAR (a semejanza de lo que se estaba haciendo en Christchurch) buscamos también convocar a los más experimentados de nuestro país en temas antárticos. Y tal como hacen otros países, capitalizar con sentido estratégico el valioso know how, por ejemplo, de ex militares, a los que los contribuyentes de todo el país aportaron a su formación

Contamos con pilotos, marineros y logísticos con una experiencia incomparable… Desde SOLANTAR propusimos conjugar esa experiencia con la de nuestros mejores científicos, académicos y prestadores privados, de manera poner nuestros 121 años de presencia permanente e ininterrumpida en la Antártida al servicio de la comunidad científica mundial.

Pero para llegar a eso es necesario rever paradigmas que ya no corren en el siglo XXI y reemplazarlos por diseños estratégicos que, además de fortalecer la matriz socioeconómica de Tierra del Fuego, aporten efectivamente a una mejor plataforma de negociación para de una posible instancia de revisión del Tratado Antártico en poco más de dos décadas.

 

  • Las trabas que existen para, por ejemplo, impedir que salgan vuelos de Ushuaia a la Antártida, ¿a qué crees que se deben? ¿Son producto de presiones del algún poder internacional o tiene más que ver con la mentalidad y política argentina?

No hay duda que es producto de política antártica que en algunos aspectos quedó encallada en mitad del siglo pasado y objetivamente está décadas rezagada con respecto a otras puertas de entrada

Recién en estos últimos tiempos parece que podría darse autorización a un par de empresas para volar a Petrel

Si la “Doctrina 18.513”, emanada de la Ley “de la revolución argentina” sancionada por el gobierno de facto de Onganía, la cual aún nos rige e impone un enfoque centralista unitario castrense hubiese sido exitosa y los 22 programas antárticos operasen en Ushuaia, o si todas las bases de los programas dependieran de bases argentinas, entonces te diría que está bárbaro y nada que decir del modelo

Pero no eso lo que sucede, sino todo lo contrario y causa un gran perjuicio a Tierra del Fuego.

La pregunta es ¿que ganaron?

 

 

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