sábado 27 de abril de 2024 - Edición Nº1970

Entrevistas | 7 may 2023

Charla con el Lic Guillermo Rossi

🧐 Cuestión Malvinas: un balance de cuatro años de gestión y alarmas para el futuro próximo


Una vez más me pude entrevistar al Lic. Guillermo Rossi, diplomático argentino con más de 40 años de carrera en el servicio exterior de la República Argentina, abocado a los asuntos relativos Malvinas, y que desde 1997 a 2010 fuera “Sub director general de Malvinas y Atlántico Sur de la Cancillería”.

 

En esta ocasión pudimos conversar sobre asuntos de enorme actualidad e importancia como ser (1) su balance la actual gestión nacional en cuanto Malvinas en comparación con la anterior de Mauricio Macri, (2) la Creación de Consejo Nacional de Malvinas, (3) el enorme peligro para los intereses nacionales que significa la presencia de Marcelo Kohen en él, (4) las propuestas que tiene este especialista que hacen peligrar el reclamo argentino y (5) su opinión de la anulación del Foradori-Duncan.

 

Como preludio de la larga y nutrida conversación, a la que puede accederse en el video colocado al final de la nota, nos explica que “un balance requiere ciertas explicaciones y no es posible hacerlo en pocas palabras. En primer Lugar, en lo fundamental, que son los aspectos prácticos, la gestión anterior 2015-2019 y la actual en el tema específico de Malvinas, no se diferencian mucho. Aunque sí hay algunas diferencias, que no llegaron a concretarse en avances significativos para nuestra posición”.

 

La creación del Consejo Nacional de Malvinas, a medida del secesionista Marcelo Kohen

 

“Por ejemplo, como aspecto positivo de la gestión actual, se puede citar, en primer lugar, desde el punto de vista teórico o presentacional, la Ley de creación de Consejo Nacional de Malvinas1, donde hay diputados, senadores, académicos y representantes de ex combatientes”.

 

Desde el título, parece positivo. Ahora, cuando uno lo analiza, se observa en primer lugar, que, excepto por dos de sus integrantes, el resto no tienen el menor conocimiento sobre la Cuestión Malvinas y todos los temas que la componen; que son muchos y muy complejos. En todo caso, el único conocimiento que posee la enorme mayoría de sus integrantes es el que se puede llegar a adquirir a través de las comunicaciones periodísticas, que es el peor que se pueda obtener, porque los periodistas, en su enorme mayoría, carecen de conocimientos sobre la Cuestión y están muy condicionados por las opiniones políticas y/o por los microclimas de cada momento, y son muy permeables a las ideas que emite la incansable propaganda británica, que tiene como único objetivo: “que dejemos de reclamar””.

 

Además, es una sospecha mía, los nombramientos de sus integrantes fueron manipulados para satisfacer el interés político de uno de los integrantes del Consejo, el Dr. Marcelo Kohen2, que si bien es un destacado jurista internacional, no es un especialista que tenga un conocimiento superlativo sobre la Cuestión Malvinas y que encima tiene posiciones muy pero muy cuestionables y contrarias al interés nacional. No nos olvidemos que, en el año 20183, él presentó una lista de veinte propuestas para el tema Malvinas4, que en su enorme mayoría no tienen nada que ver con la situación en la que nos encontramos, sino con elementos para una hipotética negociación bilateral que, con mucha suerte, podría comenzar en décadas, y que no son ninguna novedad para los que saben del tema. Incluso tiene dos ideas muy peligrosas, que, de ser llevadas adelante, poseen el riesgo de terminar demoliendo la posición argentina en la Cuestión Malvinas y el apoyo que la comunidad internacional le viene dando a nuestro país en el plano jurídico”.

 

¿Una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia?

 

“Una de esas propuestas es la de acudir a Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU), para solicitar una opinión consultiva copiando lo que logró la República de Mauricio5 en su disputa con el Reino Unido por el archipiélago de Chagos, más específicamente la isla Diego García, donde se encuentra una base aero-naval británico-estadounidense que controla el Océano Indico”.

 

“Si bien Mauricio logró hacer aprobar una resolución por la cual la AGNU le solicita una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia6, esa opinión no es para que sea aplicada en eventuales y futuras negociaciones entre Reino Unido y Mauricio, sino que es una opinión la AGNU deberá tener en cuenta al considerar casos de descolonización. Acá hay que interpretación incorrecta del alcance de una opinión consultiva, pues, como lo dice su nombre, no se trata de un fallo de cumplimiento obligatorio, sino sólo de una “opinión” de la Corte, no vinculante”.

 

“¿Por qué Mauricio logró llegar a este resultado que algunos podrán considerar exitoso? Porque se dan una serie de circunstancias que nosotros no tenemos. Por ejemplo: para mí, el factor fundamental, es el interés estratégico de India. No nos olvidemos que una parte importante de la población de Mauricio7 es de origen indio. Es más, la India tiene una base naval en la Isla Agalega8, que está cercana a Mauricio, y la India aún sin competir todavía con EEUU y el Reino Unido por el Océano Índico, es una potencia que piensa planes estratégicos a largo plazo. Y la India, hace ya varios años, está empeñada en el fuerte desarrollo del poderío naval militar propio, incluso en el desarrollo tecnológico independiente. A tal punto es esto así, que se propuso construir -no pedir que le construyan- una flota de 12 portaviones. Y si bien es una tarea difícil y costosa, se mantiene el esfuerzo a través del tiempo. La India está detrás de todo esto”.

 

“En segundo lugar, hay un factor de política exterior y de manejo de los organismos internacionales. Mauricio, pertenece al Movimiento de los Países de No Alineados9, que por supuesto no tiene la trascendencia que tenía en la época de guerra fría, pero que sigue siendo un bloque importante de 110 países, que a la hora de votar una resolución de la AGNU cambia fácilmente la realidad de las cosas”.

 

“En cambio, nosotros no tenemos ninguna potencia importante que tenga interés en apoyarnos para que controlemos el Atlántico Suroccidental, como lo tiene India en el caso de Mauricio, en el control del Indico, y tampoco formamos parte del Movimiento de No Alineados, como si lo forma Mauricio. No sólo que no formamos parte, sino que, en el año 1992, Argentina se retiró de este cúmulo de países10 luego de pertenecer 19 años, y lo hizo de la peor forma, teniendo el Canciller argentino de aquel entonces las expresiones más crudas, deleznables y ofensivas, nada menos que para 110 países, creyendo con eso ingresábamos al primer mundo. En la práctica diplomática los Países de No Alineados no se olvidan de eso, y soy testigo de ello, porque cada vez que han tenido la oportunidad nos los han hecho sentir, a mí y a otros integrantes del servicio exterior”.

 

“La segunda razón por la que no es aconsejable recurrir a ese procedimiento, es que Argentina no necesita ninguna opinión de la CIJ. Porque la resolución de Mauricio, que votó la AGNU, la 2066/XX11, es la exactamente posterior a nuestra resolución madre (la 2065/XX), pero a diferencia de la nuestra, que aconseja e impone el inicio de negociaciones directas entre Argentina y el Reino Unido, lo cual sucedió durante 16 años, no impone negociación bilateral. Entonces Mauricio no tiene las mismas posibilidades que la Argentina, tampoco en ese aspecto”.

 

“Entonces, hacer la propuesta que hace el Dr. Kohen pretendiendo copiar a Mauricio, no tiene ningún sustento de política exterior, porque no estamos en las mismas circunstancias, sino en una situación mucho más desfavorable”.

 

“En el caso argentino, la reanudación de las negociaciones no depende de una opinión consultiva, sino del poder real de las partes, y lamentablemente la Argentina, en los últimos cuarenta años, sus sucesivas clases políticas y gobiernos, en vez de dedicarse a desarrollar el país y fortalecerlo en todos los aspectos, se dedicaron a destruirlo, por lo que hoy no es un país respetado en el orden internacional y no cuenta con las alianzas adecuadas en el orden internacional. Y esto es producto de que hace 40 años que vive en la autodestrucción y decadencia económica, no teniendo tampoco respaldo en materia de Defensa, puesto que sus Fuerzas Armadas son incapaces de respaldar las gestiones diplomáticas, y es por eso que el Reino Unido, que tiene 400 años de tradición imperial y que sabe muy bien cómo desarrollar una política de poder, está tranquila. Porque entiende que nosotros no somos una amenaza”.

 

“Mientras no seamos por lo menos un rompedero de cabeza, y hagamos políticas eficaces que representen ese rompedero de cabezas, el Reino Unido jamás se va a sentar a negociar. Y prueba de eso, es que desde el año 2010, Argentina y Reino Unido no negocia absolutamente nada en relación a Malvinas, salvo dos cosas: (1) el pacto Foradori Duncan12, que fue una miserable entrega absoluta en todos los aspectos de interés para los británicos sin que nosotros logremos nada a cambio, y (2) los acuerdos para hacer la tarea de pseudo-identificación de nuestros caídos13 producto de la violación del derecho internacional por parte del Reino Unido14, una cuestión que Argentina también negoció de mala manera”.

 

“Y los únicos responsables de esta falta de avance en la negociación somos nosotros, no son los británicos. Argentina tiene la obligación de revertir su autodestrucción y de convertirse en un país poderoso que aumente la capacidad de presencia en el Atlántico Sur Sudoccidental”.

 

“Y para terminar con esta comparación de nuestra situación con la de Mauricio, hay una cuestión que hace que esta propuesta del Dr. Kohen sea totalmente desaconsejable. En primer lugar, no tenemos las condiciones de política exterior que tiene Mauricio, en segundo, porque no necesitamos ninguna opinión consultiva, sino hacer nuestro trabajo y convertirnos en un poder respetable y así cambiar la ecuación de poder en el Atlántico Sur, para que el Reino Unido considere sentarse a negociar, y, en tercer lugar, Mauricio y el Reino Unido no tienen una “disputa por la soberanía”, el propio Reino Unido reconoció siempre que archipiélago de Chagos pertenece a Mauricio15. Solo que, en el marco de las negociaciones para independencia de Mauricio, el Reino Unido se reservó ese territorio por interés y seguridad nacional, y que cuando las condiciones de interés y seguridad nacional cambiaran el Reino Unido devolvería ese territorio a Mauricio”.

 

“Es una situación completamente diferente. Una cosa es que yo tenga una deuda con vos, y que momentáneamente te diga que no tengo la plata para pagarte, y otra es que vos me reclames una deuda y yo te diga: “no tengo ninguna deuda y jamás te voy a pagar””.

 

¿Una nueva Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU)?

 

“La otra propuesta de Kohen16, es la de “volver a llevar el tema a la Asamblea General”. Y eso es una falacia absoluta y completa, porque todos los años la AGNU no sólo se ocupa del tema Malvinas, sino que tiene la obligación de hacerlo. Entonces no hay nada que llevar. Lo que pasa es que la diferencia está en la manera en que se lleva. Una cosa es que se haga a través del Consejo de Descolonización, y otra que se haga con la presentación de un proyecto para que sea considerado por los 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas”.

 

“Si ya tenemos un mecanismo, por el cual la Asamblea General todos los años aprueba una nueva resolución que prácticamente es copia de las Resolución 2065 del año 1965, no veo la necesidad de cambiar ese mecanismo que funciona, por otro que no ofrece ninguna seguridad de éxito, y que muy por el contrario, pondría gravemente en riesgo la posición argentina, porque por razones parecidas a las de la solicitud de una opinión consultiva, la presentación de un proyecto de Resolución, que va a decir exactamente lo mismo que dicen las otras 10 resoluciones aprobadas directamente por la Asamblea General y las restantes cincuenta y pico resoluciones y contando, presenta el gravísimo riesgo de que en lugar de tener que tratar con los 27 miembros de Comité de Descolonización tenemos que tratar con 192, con un resultado por lo menos totalmente incierto sobre dicha votación”.

 

“Hace 35 años que no se lleva un proyecto sobre la Cuestión Malvinas directamente a la AGNU, y las condiciones geoestratégicas en el mundo han cambiado notablemente. En los años 80, cuando nosotros presentábamos los proyectos y lográbamos que fueran aprobados por las Naciones Unidas, era un procedimiento por defecto. Porque como el Gobierno de Alfonsín no tenía relaciones diplomáticas con Reino Unido, la única manera que encontró de mantener la Cuestión Malvinas en la agenda internacional y satisfacer el reclamo de acción interno, era acudir todos los años a la Asamblea General para aprobar un proyecto de resolución, que tampoco es un fin en sí mismo, sino que es un medio de lograr un apoyo internacional, pero que no brida una solución, sino que simplemente es una palmada en la espada para decirnos que tenemos razón. El reclamo no es un método de solución de la disputa: considerarlo así es un error fundamental de concepto. Por otro lado, ningún país va todos los años a buscar una resolución de la AGNU, porque no hace falta. Una vez que uno obtiene una resolución, esa misma resolución sigue valiendo por los años que dure la disputa”.

 

“La Asamblea general en los años 80 tenía 40 miembros menos, pero lo más importante es que terminó la guerra fría y cambió el panorama en Europa Oriental. Entonces cuando nosotros presentábamos un proyecto en los años 80, ya partíamos con los 20 votos del bloque latinoamericano, algunos otros votos que eran favorables a nosotros como España, a veces Italia, China, Rusia, Irán, Siria, países árabes y los 110 países de los No Alineados y contábamos con los 25 o 30 votos de lo que era el Bloque Soviético. Como ya dije, nos fuimos del bloque de Países No Alineados de la peor manera posible (me pregunto por qué jamás volvimos en 20 años de gobiernos kirchneristas) y tampoco contamos hoy con el bloque soviético”.

 

“Entonces, si hoy acudiéramos a la Asamblea General, las condiciones serían completamente diferentes, ya que hay mucha incertidumbre sobre una gran cantidad de países que jamás votaron una resolución sobre la Cuestión Malvinas, y que no sabemos cómo podrían votar, en algo que es totalmente innecesario. ¿Porqué? Porque la Cuestión Malvinas se trata todos los años en el Comité de Descolonización, que es una comisión que pertenece a la AGNU abocada a tratar la situación de 17 territorios, entre los cuales se encuentran las Islas Malvinas.  

 

“Es más, en el año 2003-2004, hubo una reforma de la agenda de la AGNU, producto de la acumulación de temas que hacia las sesiones interminables y se hizo una “limpieza de temas” sólo quedando un grupo pequeño de asuntos que son de tratamiento permanente, que la Asamblea tiene la obligación de tratar todos los años, y la Cuestión Malvinas se encuentra estos temas. El proyecto se trata en el Comité Especial de Descolonización, allí se aprueba por consenso entre los 27 países que lo conforman, un proyecto de resolución -no se vota-. Luego, el Comité eleva un informe con el detalle de las tareas realizadas y los proyectos de resolución que versan sobre los 17 territorios a la Cuarta Comisión de la AGNU, que los aprueba y los envía al plenario, donde están los 193 países. Allí se aprueba final y oficialmente en octubre o noviembre aquel proyecto de resolución que salió del Consejo en junio. O sea que, todos los años, la AGNU aprueba una resolución sobre la Cuestión Malvinas, porque tiene la obligación de hacerlo”.

 

“Es decir, luego de todas estas consideraciones, que, si bien el Consejo de Nacional de Malvinas es positivo como anuncio, tiene el enorme problema de que la gran mayoría de sus miembros desconoce por completo lo que hay que saber sobre el tema Malvinas, y que, además, en mi opinión, está armado para que se apoyen estas ideas del Dr Kohen, que son totalmente equivocadas y muy lesivas para el interés nacional”.

 

Ley de capacitación sobre la Cuestión Malvinas

 

“La segunda actividad positiva que hizo esta gestión, por lo menos a nivel presentacional, es que se aprobó una Ley por la cual los funcionarios deben recibir instrucción o información sobre la Cuestión Malvinas17.

 

“Si bien no puedo dejar de estar de acuerdo con esa medida, porque es algo que propuse por memo muchas veces en la Cancillería, el problema allí es quiénes van a ser los formadores. Porque los que sabemos de la Cuestión Malvinas, de manera técnica y profesional somos muy poquitos. Si bien es una medida que parece muy positiva, es muy difícil de llevar a cabo de manera óptima, ya que, para aplicarla, debería pensarse en un plan piramidal: los que verdaderamente saben a fondo los aspectos técnicos debemos ser 30 o 40 como mucho, y deberíamos ser convocados para formar a los formadores”.

 

La anulación del Foradori Duncan

 

“Y la tercera medida muy positiva, aunque muy tardía, fue la denuncia, anulación o terminación del Comunicado Conjunto Foradori-Duncan18 del 13 de septiembre de 2016. Muchas veces di conferencias, y se lo dije a los actuales funcionarios desde el primer momento, que esto debió hacerse desde el 11 de diciembre de 2019. ¿Porque se tardó más de tres años para esto? Yo realmente no lo sé. Y además, esa medida, que es positiva en sí misma, está acompañada de medidas prácticas, como, por ejemplo, la anulación definitiva de la segunda frecuencia San Pablo-Córdoba-Malvinas19, frecuencia que yo le negué terminantemente al embajador británico el 3 de noviembre del 2003 y que después fue ratificado en febrero de 2004 cuando vino el vice canciller británico y fue recibido por el ex Canciller Bielsa. Así que esa segunda frecuencia, y todo lo que produjo el Foradori-Duncan, completo, jamás debió haber existido y es muy positivo que se haya desactivado”.

 

“Pero este vuelo, que sólo fue usado durante 3 meses, desde noviembre de 2019 a marzo de 2020, que fue cancelado, que no es el único aspecto negativo que produjo ese acuerdo de 2016, es un antecedente que puede ser reflotado en cualquier momento. Porque, además, nada nos asegura que, si se produce un cambio de gobierno hacia la oposición, y teniendo ésta los mismos asesores del área de política exterior, entre ellos Fulvio Pompeo, Martha Di Chiaro y Carlos Foradori, no vuelva a pasar lo mismo. Esta no es una historia que haya terminado, lamentablemente”.

 

“Si bien esos son los aspectos positivos desde el punto de vista presentacional teórico, en lo práctico y en lo operativo, no se avanzó mucho”.

 

Por

Luciano R. Moreno Calderón

https://twitter.com/UMalvinizadora

Unión Malvinizadora Argentina (UMA)

https://www.youtube.com/channel/UCEZybVP9lVh30Q6VOuKK8lw

 

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