miércoles 11 de diciembre de 2024 - Edición Nº2198

Opinión | 1 jun 2023

"el cambio" que quiere un 2° tiempo

💸 La gestión económica del Gobierno de Cambiemos


La lógica económica en el gobierno de Cambiemos fue la búsqueda y apropiación inmediata de la ganancia a como dé lugar, cubriendo los déficits que ellos mismos generaron con endeudamiento, aprovechando en los dos primeros años de gestión, la alta liquidez internacional1, que a su vez fue el camino para que los sectores más favorecidos del modelo adquieran las divisas y fugarlas a posteriori.

 

El gobierno de Macri solamente podía superar la restricción externa y las inconsecuencias del modelo que aplicó endeudándose2 y ofreciendo pingues negocios al capital más concentrado, en ese marco no puede existir proyectos de inversión productiva, se prioriza la renta financiera a costa de un mercado interno que se achica, se concentra y se extranjeriza, con lo que  condena a amplias franjas de la población a la desocupación y a la pobreza, con un efecto anestésico inicial por el ingreso de dólares para un sector de la población, pero insustentable en el tiempo, como lo demostró la necesidad de acudir al FMI3 y la magnitud y vencimientos de la deuda externa.

 

Devaluaron violentamente ni bien asumieron4 (el dólar pasó a valer $ 9,70 el 9 de diciembre de 2015 a $ 13,90 el 31 de enero y a $ 15,80 el 28 de febrero de 2016) y quitaron las retenciones (Derechos de Exportación) a las exportaciones en general y disminuyendo la de la soja, plasmando una brutal transferencia de ingresos de los asalariados y los que perciben sumas fijas, a favor de los exportadores y entre ellos a los de mayor patrimonio.

 

Paralelamente incrementaron fuertemente todas las tasas de interés de manera tal que en mayo de 2017 el dólar valía (hasta la crisis de Brasil) menos de $ 16.- (precio similar que  un año antes) y las LEBAC pagaron tasas en ese período del 38 al 25% anual, recreando el sistema de “carry trade” (bicicleta financiera)5 como fue en todas las etapas en que el liberalismo gobernó al país, con lo que ingresan dólares se pasan a pesos, lucran con la tasa de interés y vuelven a su moneda original y se van:

 

Desde el inicio de la gestión acrecentaron sideralmente las tarifas eléctricas6, del gas, de los combustibles, del agua, de las comunicaciones, redujeron los impuestos internos para la compra de autos de alta gama7 y artículos de lujo y la alícuota de Bienes Personales, siempre beneficiando a los sectores de mayores ingresos en desmedro de la población.

 

La esencia de la propuesta del esbozo de un conjunto de medidas adoptadas por el gobierno de Cambiemos, ni bien asumió, consistía en devaluar nuestra moneda de manera tal que el tipo de cambio creciera más que las tasas de interés, que el promedio de los precios y que los salarios, generando una transferencia de ingresos de los asalariados y de los pequeños y medianos productores a favor de los sectores más concentrado y de los exportadores. Una segunda etapa era que una vez producida la devaluación se asegurara que las tasas de interés del país sean mayores que las nuevas depreciaciones cambiarias, propiciando el ingreso de capitales especulativos en una nueva versión de la bicicleta financiera de José Alfredo Martínez  de Hoz y de Domingo Felipe Cavallo.

 

Solamente dejaron que los precios de grandes empresas y sobre todo las vinculadas al equipo gobernante crecieran por encima del dólar8 (que punta contra punta en el gobierno de Cambiemos se acrecentó en un 670%), como es el caso de las tarifas eléctricas (cuya tarifa incluso creció por encima de la devaluación de nuestra moneda),  donde las principales empresas estaban vinculadas a Mauricio Macri, como es el caso de Pampa Energía SA de Marcelo Mindlin (quién blanqueó dinero para comprarle la empresa constructora IECSA al grupo Macri) y que controla también a las energéticas Transener y Edenor. O de Nicolás Caputo, socio de Macri en Mirgor SA y que tiene participación junto con capitales chilenos y las firmas española ENDESA y la italiana ENEL en Edesur.  O de Rogelio Pagano que de ser empleado de Marcelo Mindlin en Dolphin SA (que luego iba a llamarse Pampa Energía SA) pasó a ser titular de todas las empresas distribuidoras de electricidad de la Provincia de Buenos Aires: EDELAP, EDES, EDEA Y EDEN y de la distribuidora de la Provincia de Salta: EDESA. (Grafico Variación de Precios Mayoristas9)

 

Pero la inmediata y acelerada suba de los precios provocada por los grupos económicos locales y extranjeros que operan en la Argentina y, el mayor endeudamiento para pagarle a los fondos buitres10 que no habían ingresado en los canjes de los años 2005 y 2010 (NM Elliot de Paul Singer, Aurelius y otros), con el fin de dejar librado el ingreso de capitales del exterior, sumado a la incapacidad en el tiempo del repago de la deuda, fruto que desfinanciaron al Estado por la devaluación y quita y reducción de las retenciones y el mismo endeudamiento en dólares, sabiendo que la devaluación no implica mayores exportaciones, esto es, pagan afuera en divisas y demandan determinada cantidad de bienes (no más que lo que necesitan), al darle más pesos por dólar beneficia a los exportadores pero eso no significa mayores ventas y sí mayor apropiación de ganancias, pero esa ampliación de los márgenes de ganancias se deriva a capitales especulativos y a la fuga del circuito económico local, dado que nadie invierte en un país que se achica y genera desempleo como hizo el gobierno de Cambiemos.

 

Ante la baja en el ingreso al Estado nacional de impuestos provenientes a la propiedad y a la renta, más la eliminación de las retenciones11 y disminución de las exportaciones de soja y, el freno en el nivel de actividad, la recaudación tributaria también disminuyó, profundizando el déficit fiscal12, que financiaron contrayendo deuda externa, que a su vez fue generando mayores intereses todos los años y, compensaron parcialmente pero a costa de ajustar el gasto vía obra pública (Gastos de Capital) y las erogaciones en salud y educación.

 

DATOS DE LAS CUENTAS FISCALES NACIONALES

(Gráfico presupuestos 2015-201913)

 

Renglón aparte fue la Ley de Sinceramiento Fiscal de principios del año 201614 con un monto total de los bienes declarados equivalente a 116.800 millones de dólares. De ese monto, el 20 % (23.500 millones de dólares) eran activos que estaban radicados en el país, y el 80% restante (93.300 millones de dólares) estaban en el exterior, por lo tanto, lo más grave fue que ni siquiera era obligatorio repatriar el dinero y de esta forma, si el monto evadido superaba 19.000 hasta 50.000 dólares, pagaban el 5 por ciento, y a partir de 50.001 dólares, el 10 por ciento de impuestos (cuando de haber pagado el impuesto a las ganancias la tasa hubiera sido el 35%). Así, la inmensa mayoría de los evasores siguieron dejando sus activos en el exterior sin riesgo de prisión o multa.

 

El “blanqueo” permitió recaudar $148.60015 millones de pesos, de los cuales $68.500 millones de pesos se originaron dentro de la frontera y $80.100 millones de pesos fuera del país y, teóricamente, para el futuro quedaba el aporte que surgía del flujo de dinero originado por las cuotas de los planes de pago presentados por toda la moratoria, más el aporte de los impuestos patrimoniales y la derivación a otros tributos originado por los bienes que fueron exteriorizados con las salvedades que los contribuyentes cumplidores, en la medida que realizaron el trámite del beneficio, hasta el 31 de marzo de 2017, quedaron eximidos de pagar el tributo “a la riqueza”(que es el Impuesto a los Bienes Personales) por tres años (2016, 2017 y 2018). Las personas que declararon en el blanqueo inmuebles en el país o en el exterior debían incorporar esos bienes en sus próximas declaraciones juradas de Bienes Personales, al valor de mercado, que poseían al 22 de julio de 2016.

 

EL COMIENZO DEL FIN

 

El 25 de abril de 2018 ante la suba de la tasa de interés de largo plazo (10 años) de los EEUU, acercándola al 3% anual, se produce en el país la fuga de capitales16 encabezada por los mismos bancos que colocaron los títulos de deuda argentinos en los mercados internacionales (JP Morgan, HSBC, Deustche Bank, Morgan Stanley, Merrill Lynch, etc.) y aquellos que no pudieron irse por tener vencimientos a posteriori, esperaron cierta estabilidad para vender títulos públicos y privados argentinos, pero, paralelamente, aparecen en el mercado financiero local grandes administradores de fondo de cobertura como Blackrock, Franklin Templeton, Fidelity, Vanguard y Pimco entre otros que, en la mayoría de los casos, no le prestaron directamente al Tesoro de la Nación Argentina y si compraron los títulos de deuda a precio muy menor al nominal a los que querían salir de esa acreencia, en los mercados secundarios de títulos y acciones.

 

Ante la corrida cambiaría, el gobierno de Cambiemos firma dos acuerdos con el FMI17, aceptando la reducción de salarios y del empleo público, la disminución de la obra pública y el recorte de los subsidios a la energía y al transporte, es más, descargaba parte del ajuste en las provincias trasladando el subsidio de transporte y limitando las transferencias, por los que iba a recibir en DEG (Derechos Especiales de Giro) el equivalente a 57.000 millones de dólares, pero después por severos incumplimientos fiscales y monetarios, le fueron otorgados finalmente el equivalente a 44.000 millones de dólares.

 

Nadie se llamaba a engaños, era claro y estrepitoso el fracaso del modelo económico y social generado por el gobierno de Cambiemos, el mismo staff del FMI aseveraba18: El riesgo de la dinámica propuesta por el Poder Ejecutivo Nacional reside en caer en un círculo vicioso de más ajuste y menos actividad, que demande nuevos recortes del gasto por caída de ingresos. Es que, en última instancia, el cumplimiento de la meta fiscal depende del crecimiento: la economía entró en recesión y no sabemos cuándo saldrá”.

 

Sin tomar una sola medida que frene la compra de divisas (como sería la de fijar un impuesto que encarecería dicha moneda y significaría un ingreso genuino al fisco), el gobierno de Cambiemos cayó en un proceso recesivo que siempre se sabe cómo comienza pero no cuando y como se sale y a que costos. Y sin dólares para cumplir con sus compromisos externos, cuando había permitido sin límite alguno las compras de dólares desfinanciando al Tesoro de la Nación19, situación que se complicó cuando el FMI a posteriori le sacó el apoyo financiero. Tras las PASO (elecciones  primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias) que se realizaron el 11 de agosto de 2019 y que significó una derrota terminal del frente oficialista de Juntos por el Cambio, se vieron obligados a un plan de contingencia para arribar a las elecciones nacionales y luego a la entrega del gobierno al Presidente Alberto Fernández, recién allí pusieron límites a la compra de divisas20 para las personas física y jurídicas de 200 dólares por mes.

 

Simultáneamente y con fecha 2 de septiembre de 2019 el gobierno de Cambiemos terminó con el jolgorio para las empresas21 de que no tengan fecha para liquidar las exportaciones y, a partir de esa fecha deben liquidar las divisas de sus ventas al exterior en el mercado local dentro de los 5 días hábiles posteriores al cobro de la operación o 180 días después del permiso de embarque, la menor de los dos.

 

ENDEUDAMIENTO Y FUGA DE CAPITALES

 

La administración de Cambiemos que asumió el gobierno nacional en diciembre de 2015 trajo consigo una transformación radical en la política de endeudamiento pública. Las necesidades financieras del Tesoro Nacional dejaron de atenderse principalmente con fuentes domésticas y en pesos y, comenzaron a cubrirse a través de un proceso acelerado de endeudamiento externo, predominantemente en moneda extranjera.

 

La deuda externa22 en diciembre de 2015 era de 222.703 millones de dólares y el 60% era intra sector público, 9% con organismos internacionales (sin el FMI al que se le había pagado todas las acreencias en enero de 2006) y 31% al sector privado.  A diciembre de 2019 paso a ser de 323.177 millones de dólares, 40% de la misma intra sector público, 22,7% organismos internacionales (mayormente el FMI por equivalente a 44.000 millones de dólares) y 37,3% sector privado.  La deuda se incrementó en más de 100.000 millones de dólares y desmejoró sensiblemente su distribución, sobre todo por la perentoriedad de los plazos.

 

Posteriormente con fecha 21 de mayo de 2020 el BCRA publicó el Informe "Mercado de cambios deuda y formación de activos externos, 2015-2019”23 y demuestra que de la deuda tomada por la gestión de Cambiemos, la “fuga de capitales” del período comprendido entre diciembre de 2015 y octubre de 2019 alcanzó los 86.200 millones  de dólares. Aumentaron la deuda y el 86% de la misma no se invirtió en el país y se convirtió en activos financieros de residentes argentinos en el exterior.

 

Es más, ese Informe sostiene que:

a) Los 10 mayores compradores (personas físicas y jurídicas) adquirieron 7.945  millones de dólares entre diciembre de 2015 y octubre de 2019.

b) Los 50 mayores (incluido los 10 mayores compradores):19.153 millones de dólares.

c) Los 100 mayores (incluido los 50 mayores compradores): 24.679 millones de dólares

 

En total, 6.693.605 personas físicas compraron 73.640 millones de dólares y 85.279 personas jurídicas 55.736 millones de dólares

 

Mientras se producía semejante detracción de las riquezas del país, tras los cuatro años de gobierno de Cambiemos, la pobreza aumentó para ser el 35,5% de la población (unos 16.100.000 personas) y de ellos los Indigentes fueron el 8% de la población (y abarca a 3.628.000 personas), con el agravante que la pobreza alcanza a más del 50% de los niños del país y, paralelamente, la inflación del año 2019 medida por el IPC del INDEC fue del 53,8%, inflación más alta que la del 42,8% del año 2016, primer año de gestión de Cambiemos.

 

LA POLITICA IMPOSITIVA

 

En la Argentina los sectores de mayores ingresos y patrimonio pagan proporcionalmente menos impuestos que el resto de la población. Al analizar la estructura tributaria de nuestro país24 se observa que su composición es de carácter regresivo, puesto que la mayor parte de los recursos fiscales provienen de impuestos que se trasladan y paga el consumidor final como el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y, otros como los impuestos internos, combustible, etc., que gravan con una única alícuota a contribuyentes de alta y baja capacidad económica, sin hacer distinción alguna entre ellos.

 

Peor aún, en los cuatro años del gobierno de Cambiemos se produjo un aumento de la participación de los tributos regresivos sobre el total de la recaudación y, por ende, una reducción del peso de los impuestos progresivos (a la propiedad y a la renta). Según los datos de la Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal de la Nación, la participación de los impuestos con carácter progresivo –tales como el Impuesto a las Ganancias (que en el año 2019 pagan asalariados que ganan más de $ 70.000 pesos netos por mes) y el Impuesto sobre los Bienes Personales, que cuentan con escalas que discriminan de acuerdo a la capacidad económica de los contribuyentes— su recaudación descendió fuertemente. El Impuesto a las Ganancias pasó de representar el 24,8% sobre la recaudación total en 2015 al 21,8% en 2019 y el Impuesto sobre los Bienes Personales pasó de 1,2% en 2015 a 0,6% en 2019, quiere decir que los impuestos regresivos en el año 2019 fueron el 77,6% de lo que se recaudó.

 

En ese contexto nos encontramos con que grandes empresas para eludir el pago de impuestos tienen su domicilio fiscal en el exterior, tal es el caso del grupo Clarín que tiene su domicilio fiscal en el “paraíso fiscal” de Delaware en los EEUU; el caso de TENARIS del grupo Rocca-Techint que tiene sede en Luxemburgo; o IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona SA) que también tiene su sede en Luxemburgo; o IRSA de Eduardo Elsztain que está integrada por sociedades que tienen su domicilio fiscal en las Islas Bermudas, Caimán y Uruguay.

 

Paralelamente, la Dirección Nacional del Registro Nacional de Tierras Rurales detectó que, en la Argentina, más de 1.100.000 hectáreas pertenecen a empresas radicadas en paraísos fiscales25, como Antigua y Barbuda, Islas Vírgenes Británicas y Luxemburgo, entre otros, se trata de una superficie equivalente a 55 veces la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

En primer lugar, debemos decir que en la Argentina son sujetos del impuesto las personas físicas, las sucesiones indivisas, los sujetos empresa y los sujetos no empresas, con la característica que si ellos son residentes en el país tributan por el concepto de renta mundial (es decir por ganancias obtenidas en el país o en el extranjero). Si no son residentes, tributan sólo por las rentas que obtengan de fuente argentina. En ese marco se entiende porque se crean las sociedades offshore26 en los llamados paraísos financieros o fiscales y, se denominan así a los países de baja tributación, o de tributación privilegiada; es decir, aquellos en los que las cargas fiscales para la mayor parte de las actividades o transacciones económicas son nulas, o netamente inferior a las de los países del entorno.

 

Además, ante la creencia que nunca se van a informar nada sobre ellas, son muchas las veces que no se las declara ante los organismos de recaudación del país donde se detrajo el capital, de esa manera no tienen que explicar ni los orígenes de los fondos con que la constituyen, y tampoco cuál es el destino de los mismos. Y cuando se las declara, se hace con un capital mínimo de constitución y se dice que no tuvieron ni tienen movimiento, esto es ningún ingreso, para no abonar el impuesto a las ganancias.

 

Un principio general es considerar un país, dominio, jurisdicción, territorio, o estado asociado, como no cooperante si grava la renta por debajo de la tasa del 15%, por un lado y, por otra parte, el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) aprobó mediante su decreto 824/201927 el texto ordenado de la Ley de Impuesto a las Ganancias texto ordenado en 2019 y se incorpora el listado de jurisdicciones no cooperantes (países que no suscribieron con la República Argentina un convenio para evitar la doble imposición internacional o de intercambio de información).

 

LOS FUNCIONARIOS Y EJECUTORES DELA POLITICA ECONÓMICA

 

El 10 de diciembre de 2015 se nombra a Alfonso Prat-Gay28 proveniente del Banco JP Morgan como Ministro de Hacienda y Finanzas de la Nación (luego será reemplazado por Nicolás Dujovne del Banco Galicia) y Luis Caputo del JP Morgan y del Deutsche Bank, como Ministros de Hacienda y de Finanzas respectivamente. Luego Luis Caputo va a ser Presidente del BCRA. Santiago Bausili del Deutshe Bank nombrado desde el inicio como subsecretario y después Secretario de Finanzas; Gustavo Cañonero, vicepresidente del BCRA (nombrado cuando se designó Presidente a Luis Caputo) y siguió ocupando ese cargo hasta el final del gobierno, trabajo para el Deutsche Bank (era el jefe de Luis Caputo en ese banco) y era (o es) socio y representante del Fondo Franklin Templeton. Agustín Collazo, del Morgan Stanley fue nombrado desde el 16 de diciembre de 2015 hasta el 9 de diciembre de 2019 como Sub Gerente General de operaciones del BCRA; y  un hombre del FMI, Mariano Federici se lo designó Presidente de la UIF- Unidad de Información Financiera (que es la unidad que debe supervisar a los bancos y a la actividad financiera en general) y, María Eugenia Talerico, abogada patrocinante del Banco HBSC y como tal de su Presidente, Gabriel Martino, ante la denuncia de lavado de dinero,  fue su Vicepresidenta.

 

Que en el comienzo de la gestión en el BCRA se nombre a Federico Sturzenegger29, Lucas Llach30, y Horacio Tomás Liendo, hijos y nietos de conspicuos funcionarios del liberalismo argentino en la dictadura cívico-militar de Videla y Martínez de Hoz y con Domingo Felipe Cavallo, demostraba el perfil de los encargados de administrar la faz económica y financiera del gobierno de Cambiemos.

 

El Deutshe Bank fue en el comienzo de la gestión del gobierno de Macri de las instituciones más activas para obtener créditos en la plaza financiera mundial para la Argentina de Cambiemos, bien Luis Caputo y Santiago Bausili trabajaron en la Mesa de Dinero de dicho banco. Santiago Bausili recibió en el año 2016 mientras era Subsecretario de Finanzas de la Nación, por parte de dicho banco, un pago compensatorio por su accionar como funcionario de 100.000 euros31, como él lo reconoció y le parecía normal. 

 

En el año 2017 llegaron a colocar un título de deuda a 100 años32 por 2.750 millones de dólares que abona una tasa del 7,9% anual y que lo compraron Citigroup Global Markets, HSBC Securities, Nomura Securities y Santander Investment Group.

 

Todo ese desmadre financiero no podía terminar de otro modo como terminó, en un negocio rápido para los que ingresaron y se fueron desde el 25 de abril de 2018 y en un nivel de endeudamiento y fuga de capitales como no se tuvo registro en toda la historia de esta Nación.

 

El inefable ministro Prat Gay sostenía en ese su primer discurso del 16 de diciembre de 2015, que en dos o tres semanas se iba a producir una “lluvia de inversiones”, que por supuesto nunca se produjo y si lo que hubo fue un fenomenal endeudamiento. Para favorecer esa “lluvia de inversiones”, resolvieron eliminar el encaje de 120 días a los capitales entrantes33, al mismo tiempo, el Gobierno ofreció y permitió un blanqueo (sistema voluntario para la declaración de activos en el país y en el exterior), en el que gran parte del capital declarado no ingrese al país, por un lado, y por el otro, extendió a 10 años el plazo para liquidar las exportaciones34, todo para favorecer la entrada de capitales y lo que consiguió, es exactamente al revés, que los capitales se fuguen, a lo que se suma, demostrando que lo que se propiciaba era la salida y no la entrada de capitales, la eliminación del “Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias”35 de la AFIP no bien asumieron y que, elevaron el monto máximo de compra  de activos externos a 2.000.000 de dólares por persona y por mes[1]

 

Debieron recurrir al FMI que siguió a pie juntilla el denominado Consenso de Washington:

1. Disciplina fiscal: Reducir y evitar grandes déficits en las cuentas públicas.

2. Focalización del gasto público en subsidios dirigidos a los más pobres -incluidos aquellos destinados a la salud primaria y a la educación escolar- y en infraestructura, descartando subsidios universales.

3. Ampliación de la base tributaria, aplicación de un impuesto al valor agregado y reducción de las tasas marginales del impuesto a la renta.

4. Tipos de cambio competitivos.

5. Apertura al comercio internacional, con particular énfasis en la eliminación de las restricciones no arancelarias a las importaciones (cuotas, depósitos previos, tipos de cambio múltiples) y en la aplicación de aranceles bajos y parejos.

6. Apertura a la inversión extranjera directa.

7. Privatización de empresas públicas.

8. Desregulación de mercados, fomentando la libre competencia con especial cuidado en no desechar regulaciones prudenciales a los mercados financieros y otras a favor de la protección del medio ambiente.

9. Liberalización de las tasas de interés.

10. Fortalecimiento de los derechos de propiedad

 

El plan económico y social en su primera mirada consitía en controlar con el menor gasto público y con la suba de la tasa de interés en pesos por reducción sistemática de la oferta de dinero, para que no se “dispare” el tipo de cambio. Pero el trasfondo es que en la Argentina no se produzca ni un alfiler, que solo elaboremos bienes con bajo valor agregado, lo que obtenemos por arriba y por debajo de nuestro suelo, razón por la cual los acuerdos firmados con el FMI atan y limitan el accionar no solo del gobierno de Macri, sino y fundamentalmente condicionar a las administraciones futuras.

 

Mientras, la producción y el comercio sufrieron confiscatorias tasas de interés, con un mercado que se achicó a paso agigantado, con el consabido efecto dominó de la rotura de las cadenas de pago, suspensión de tareas, cierre de establecimientos, suspensión y despido de personal, deudas impagables e incremento de la mora bancaria, etc. etc., para que una minoría de privilegiados compren dólares a precio oficial y lo fuguen36, dejando una hipoteca devastadora a la Nación Argentina.

 

El modelo y la alianza de Cambiemos siempre fue insustentable, siempre fue de corto plazo y a la espera de que los “planetas se alineen”, para generar excedentes a favor de los beneficiados de la Argentina (no más del 2% de la población) y los rentistas del exterior (que como vivimos, una parte le pagaron los buenos servicios a Macri sacando los capitales, no bien vieron o creyeron que el modelo no le garantizaba seguir extrayendo la ganancia que acumularon) y, los que se quedaron con activos financieros locales, aprovechan cualquier oportunidad para vender esos títulos públicos y privados en su haber o tratarán de sacar la mayor tajada a través de la negociación de esas acreencias.

 

El economista Aldo Ferrer se equivocaba cuando ponía la esperanza en la burguesía que tenemos, ya nuestros empresarios37 no eran los que él había visto en 1968 o aquellos liderados por José Gelbard hasta octubre de 1974. La dictadura militar y el modelo de valorización financiera de capital la diezmó y la que queda es una burguesía de rapiña, apátrida y tonta, a la que sólo le importa acumular dólares en el exterior aún a costa de que sus empresas valgan cada vez menos, como lo demostró la gestión de Cambiemos, en que las empresas que cotizan sus acciones en mercados internacionales están depreciadas (en no pocos casos valen la mitad) en diciembre de 2019 que en diciembre de 2015.

 

Por ejemplo, las empresas del grupo Techint están entre las que fugaron dólares y sin embargo desde que se privatizó SOMISA en el gobierno de Carlos Menem y paso a llamarse Ternium Siderar, vende la chapa en el país un 30% más cara que cuando la exporta. Por lo cual, toda la industria argentina que utiliza chapa ya nace en condiciones de menor competitividad respecto de sus pares extranjeros. Ese grupo económico que con el apoyo del gobierno de Cambiemos armó una filial en Texas EEUU con una inversión de 2.000 millones de dólares y generó 1.500 puestos de trabajo en ese país, en plena pandemia despidió 1.450 trabajadores en la Argentina38.

 

Con esa burguesía, se torna necesario repensar el país y plantear a qué nos vamos a dedicar en los próximos años. Qué vamos a producir, con quién, de qué manera, para quién, etc. preguntas que son un desafío para el país y para sus economistas.

 

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