Entrevistas | 21 ago 2024
Luis R. Moreno
“La Necesidad de Reforma no solo es inapreciable sino también ilegitima”.
Luciano R. Moreno Calderón (UMA)
Pal’Sur dialogó con el abogado y economista fueguino Luis Moreno, autor de la ley que creó el Consejo Social de Tierra del Fuego y de los libros, entre otros, “La Deuda de Tierra Del Fuego” y “Cómo salir de la crisis”, para que aporte una visión acerca de la Reforma de la constitución provincial fueguina, impulsada por el ejecutivo provincial y frenada por la justicia. ¿Es realmente necesaria una reforma?
ENTREVISTA
-
La reforma constitucional, propuesta por el gobierno, ha caído en un cono de sombras a consecuencia de la judicialización de la ley que la convoca. ¿que nos puede decir al respecto?
En primer lugar, adelanto que estoy de acuerdo con la decisión de la justicia que produce un doble efecto: el primero es la congelación de la convocatoria y, el segundo, abrir una instancia de apertura solicitando el descargo al gobierno y el requerimiento al poder legislativo, ya que son ambos poderes los que han impulsado la ley en cuestión.
-
Sin embardo desde el gobierno se ha dicho que la Justicia no tiene alcance para intervenir sobre la reforma.
Es un argumento parcial.
Es cierto que podemos encontrar numerosos antecedentes en los cuales la Corte Superior de Justicia de la Nación declina intervenir en procesos de reforma de las Constituciones Nacionales o Provinciales, así como en el proceso de sanción de leyes, haciéndolo en el entendimiento que ello es un asunto interno de otros poderes. Vale decir que no juzga sobre aspectos relacionados a la oportunidad o la conveniencia, pero, en el caso en cuestión, lo inexcusable para la justicia, es que la cautelar presentada versa sobre la inconstitucionalidad de la ley de convocatoria por no respetar requisitos esenciales contemplados en la Constitución Provincial; como no estar incorporado en la misma el presupuesto asignado, el plazo de convocatoria, entre otras.
-
Mas allá del proceso judicial ¿es realmente necesaria una reforma planteada como la planteada por gobierno.
Desde mi criterio resulta inestimable; porque si nos referimos a la Ley de Reforma, que pone el foco en 70 artículos de la Constitución, la realidad es que ella no surge por el resultado de un procedimiento de consenso político, ni mucho menos social; es decir, la necesidad de reforma no solo es inapreciable sino también ilegitima.
Hay que dejar claro que el Superior Tribunal se pronunciará sobre la legalidad; pero no lo hará sobre la ilegitimidad, que no se encuentra recogida o señalada taxativamente en una norma escrita, y refiere al concepto de moralidad y equidad.
Dicho esto, debemos señalar que la Constitución, que es en si misma un pacto de convivencia, no es una ley ordinaria, ya que su obediencia debe darse en un proceso de adhesión. Podría decirse en el trazado de una reforma constitucional -por tratarse de una ley de leyes- es tan importante la legalidad en el procedimiento y en la forma (hoy bajo análisis de la justicia) como la legitimidad que se origina -o debiera originarse- en el consenso.
-
Pero la ley fue aprobada por una mayoría agravada.
Si. Pero hay que ver el contexto. Debemos tener en cuenta que en el transcurso del mandato de Melella hubo fuertes coincidencias entre el poder ejecutivo y legislativo sobre cuestiones fundamentales de gobierno. Entre las mas importantes, presupuesto, ejecución del gasto, endeudamiento, política salarial.
Este proceso de comunión sobre aspectos vitales de la política instrumental, sin animo de abrir juicio de valor sobre ello, tuvo cuestionamientos de distinta procedencia, no solo del espectro político sino gremial y social lo que lógicamente fue puesto en discusión en la campaña electoral que renovó la estructura política de la provincia con los resultados que todos conocen. Ratifica la conducción del gobernador al frente de la provincia, pero le arroga una representación absolutamente minoritaria en el parlamento.
Frente a ese escenario el gobierno, para evitar el probable rechazo de los electos, presenta a pocos días de que se renueve la cámara, un proyecto de reforma que es aprobado sobre tablas y a libro cerrado por los legisladores que estaban a horas de dejar sus bancas para que asuman los flamantes electos. “No hay que ser tibios ni cagones” fue el eje de su discurso reformista, lo cual nos da una idea de la profundidad conceptual de la reforma propuesta.
-
Es decir que su cuestionamiento es por no haberse dado una discusión previa.
Absolutamente. Ese es un punto fundamental.
Lo que no debiera suceder bajo ningún aspecto es que la aprobación de una ley de reforma constitucional sea aprobada del modo que se hizo en la legislatura provincial fueguina, sembrando un estado de sospecha sobre las intenciones de quienes la impulsan y sin participación alguna de los partidos políticos y de la sociedad en la toma de ese tan significativo rumbo.
Incluso más. Casi nadie tenía conocimiento de los artículos sujetos a modificación; lo cual tiñe el proceso en oscuro, poco transparente y alejado de los preceptos básicos para tratar la ley de leyes, que rige la convivencia de los ciudadanos, sus derechos y obligaciones, la organización del estado y sus políticas vitales.
-
Hay cuestiones que el gobierno ha planteado, en cuanto a limitar el mandato de los electos, reelección, número de bancas, reforma del poder judicial, etc. que a algunos sectores les podrían ser interesantes.
No voy a caer en la trampa de opinar sobre un temario concebido ilegítimamente. Podría decirse que ese estado de sospecha que se genero por la forma en que fue aprobada la iniciativa, ha sido tomada por los ciudadanos quienes, en su inmensa mayoría, opinan que la reforma solo persigue la reelección del gobernador.
-
¿Puede el gobierno realizar una nueva convocatoria?
Por supuesto. Personalmente le recomendaría que no pierda de vista los procesos de reforma constitucional que ha tenido nuestro país. Particularmente, y mucho más teniendo en cuenta su procedencia Alfonsinista, el proceso de reforma llevada adelante por Raúl Alfonsí en el 85 y 86, creando el Consejo de Consolidación de la Democracia para abrir un profundo debate en todo el país; del cual tuve el honor de participar conjuntamente con el Dr. Amena, el Dr. Vargas, Enrique Brisighelli, entre otros radicales.
En definitiva, que no se pierda de vista que sin participación no hay transformación posible.
-
Cual es su ultima reflexión sobre el tema.
Una familia, una empresa, mucho más una provincia, como es el caso, deben mirar hacia el futuro en un plano de estrategia. Reacondicionar la constitución debe ir en ese sentido. Y ese futuro, que no puede ser el inmediato, debe tener como base la cohesión social. Debe existir un acuerdo por el camino que vamos a transitar todos los fueguinos hacia adelante.
Por lo que puede verse, el planteo de modificación de la constitución impulsado aporta más sombras que luces; o, mejor dicho, el procedimiento elegido, va en sentido contrario de la que la prudencia natural exige para cambiar las bases de un sistema. No digo con ello que no sea posible, digo que es imprescindible que asumamos que los cambios, en esta materia al menos, debe ser inevitablemente una empresa común que nos incluya a todos.