
Opinión | 1 feb 2025
Trump y “el gran garrote” en el mundo multipolar
Análisis sobre las implicancias de la aplicación de la doctrina del “Destino Manifiesto” que tanto cita Donald Trump y que pretende colocar a los Estados Unidos de Norteamérica en el status de “nación elegida”. Sus implicancias mundiales, regionales y locales
Ariel Rolfo ✍️
"Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos"
Proverbio del África occidental
Algunos decían que Trump se parecía a Andew Jackson por que al igual que Jackson fue visto por muchos como alguien del pueblo, un outsider de la política enfrentado a la intriga de la política tradicional. Y en cierta medida como ocurrió con Jackson, el ascenso político de Trump ha sido señalado con frecuencia como una potencial amenaza a la clase dirigente estadounidense y al modo tradicional de ejercer el poder en este país. Pero ahí se termina la similitud.
En lo atinente a su política exterior que es lo que en realidad nos debería preocupar a aquellos que somos parte de países coloniales que sufrieron la acción deletérea del imperialismo yanqui da toda la impresión que Trump parece encarnar una versión más contemporánea y peligrosa: la de un Teddy Roosevelt recargado, portador de un “gran garrote”.
EL GRAN GARROTE: UNA DOCTRINA QUE RESURGE
La Teoría del "Gran Garrote" de Roosevelt, iniciada a principios del siglo XX, simbolizó la diplomacia coercitiva de Estados Unidos: negociar mientras se exhibe el poderío militar como herramienta de presión. Esta política fue aplicada con dureza en América Latina, justificando intervenciones armadas y golpes de Estado bajo el pretexto del "Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe", que otorgaba a Estados Unidos el "derecho" de intervenir en cualquier país de la región que, según su criterio, representará una amenaza a sus intereses.
Aunque formalmente suplantada por la "Política de Buena Vecindad" de Franklin Delano Roosevelt en 1933, esta doctrina nunca desapareció. A lo largo del Siglo XX, la Casa Blanca continuó imponiendo su voluntad en la región.
Variadas fueron las formas según las épocas, desde intervenciones militares (Santo Domingo, Granada, Panamá), a Golpes de Estado (década de los 70), Bloqueos Económicos (Cuba, Venezuela), Golpes Institucionales (Zelaya, Dilma Rouseff), Golpes Judiciales Lawfare (Cristina Kirchner, Lula, etc.) y ahora Donald Trump que sustenta una nueva era de Supremacismo Americano no será la excepción.
Con el regreso de Trump la diplomacia coercitiva y el unilateralismo geopolítico americano vuelven agresivos al centro de la escena, pero ahora con un enfoque más crudo, prepotente y orientado a los intereses del Estado Nación Imperial Yanqui.
LUCHA DE MODELOS EN EL CORAZON DEL IMPERIO: GLOBALISTAS Vs SUPREMACISTAS
El Mundo Unipolar que se extendió desde el fin de la Guerra Fría hasta prácticamente nuestros días se caracterizó por un acción de los Estados-Nación subordinados a los intereses de una élite de poder de los países anglosajones que impulsaron el Modelo de la Globalización Neoliberal.
Este grupo predicaba la desaparición de las fronteras, la supremacía del mercado sobre la política y la minimización del rol de los Estados-Nación, en un esquema diseñado para favorecer en exclusividad a las oligarquías transnacionales.
Su objetivo final era instaurar una gobernanza global supranacional, sostenida por organismos internacionales, tratados comerciales reglados dentro de la OMC y el todopoderoso mercado neoliberal, manejado en control automático por Elites de Poder Globales y funcionales a los intereses de sus multinacionales (manufactura, servicios, tecnológicas y de capital) oligopólicas.
El Modelo de la Globalización Neoliberal beneficiaba a las Elites de Poder de los países centrales pero también iba en detrimento de los Estados-Nación y de sus pueblos. Este Modelo ya hace un tiempo que comenzó a resquebrajarse con la primer presidencia de Trump y ahora en esta segunda presidencia veremos que definitivamente se impone el otro Modelo, el Modelo de los Supremacistas del Estado Nación Imperial que encarnara Donald Trump en esta etapa y que tendrá mayores connotaciones geopolíticas externas sobre el resto del mundo y en particular para el continente americano.
Estas Elites Económicas de los países centrales que auspiciaron la globalización neoliberal no han desaparecido, sino que simplemente se reconvertirán para usufructuar también este proceso político-histórico que se inicia. Algunos de sus representantes estaban en primera fila en la asunción del nuevo emperador del norte.
EL TRUMPISMO EN ACCIÓN: DESTINO MANIFIESTO 2.0
El proverbio africano que caracterizo a Teddy Roosevelt podría traducirse al Trumpismo como: "Habla enérgica, coercitiva y amenazadoramente, así quizás evitaras acudir a un gran garrote para conseguir tus objetivos y llegar más lejos”.
Desde el punto de vista del Estado-Nación es más económico conseguir sus objetivos con amenazas o con presiones coercitivas, pero sin guerras: algo que un empresario como Donald Trump conoce perfectamente. Lo importante, es que lo que priman son los objetivos porque si bien en el periodo anterior Trump no inicio ninguna guerra no quiere decir que si es necesario en esta etapa no lo haga.
Si la historia prueba algo, es que los estados fuertes siempre consiguieron aquello que necesitaban buscándolo en el lugar donde estaba sin mediar la forma en que lo hacían, el costo político internacional o las consecuencias que se ocasionaban y EE.UU. es un Estado poderoso con un presidente prepotente e iconoclasta que no dudará en hacerlo.
El segundo mandato de Trump tendrá un carácter aún más geopolítico y agresivo que el primero, caracterizándose por una reedición del “Destino Manifiesto” con un carácter expansionista territorial y una acción contundente en función exclusiva de lo que ellos consideren como requisitos necesarios para garantizar la Seguridad e Intereses del Estado Nación Imperial Yanqui, los cuales priman por sobre cualquier derecho soberano de otros países sobre sus propios territorios.
Reconociendo Trump la nueva realidad del Mundo Multipolar con la injerencia de facto del Eje Ruso-Chino y su organización emblema de los BRICS+ en la geografía mundial, el escenario principal donde actuara la administración Trump será en el continente americano tratando adicionalmente de minimizar la influencia China en lo que considera su esfera de influencia exclusiva.
Sus Objetivos Principales serán:
En lo Geoeconómico (Flujo de bienes e insumos críticos):
- Promover un proteccionismo económico y la Relocalización (ReShoring) de empresas o de su proceso productivo en suelo americano.
- Promover el desarrollo de empresas tecnológicas para tratar de mantener la vanguardia en áreas científicotecnológicas estratégicas.
- Garantizar las Líneas Logísticas de suministros de insumos energéticos, materias primas esenciales y minerales estratégicos.
En lo Geopolítico (Territorios y Puntos de Control Críticos):
- Canadá: Anexar Canadá que asegura materias primas y el control norte del continente con proyección al Ártico.
- Canal de Panama: apoderarse del Canal de Panamá garantizaría volver a controlar el paso interoceánico en Centroamérica y la expulsión de los concesionarios chinos que manejan los dos puertos que están en los extremos atlántico y pacifico del Canal.
- Groenlandia: en forma imperativa plantea la compra Groenlandia no solo por sus recursos naturales y minerales sino también por su proyección a la nueva Ruta del Ártico, como así también el paso del mismo al Atlántico.
- Ushuaia: Si bien no lo ha nombrado, deberíamos agregarle a la geopolítica norteamericana la proyectada base militar yanqui en Ushuaia. Esto ayudaría a tener un control de paso inter oceánico AtlánticoPacifico como así también sobre la Antártida que será un territorio de disputa futura.
Estas propuestas, que pueden parecer descabelladas, hay que considerarlas con preocupación ya que se inscriben en una lógica expansionista que responde al Destino Manifiesto (algo también citado por Trump) una ideología que históricamente ha justificado el imperialismo estadounidense.
Es pertinente mencionar que el último punto mencionado que implica a la argentina, la base militar yanqui en Ushuaia, quizás no es algo de urgencia ya que EE.UU. cuenta con la base militar aeronaval de la OTAN en las Islas Malvinas construida después de ganar la Guerra de Malvinas, guerra que fue planificada anticipadamente y creada inteligentemente por el poder Anglosajón con ese objetivo específico, el de instalar una gran base aeronaval en el Atlántico Sur para poder controlar la llamada en esa época “la yugular de occidente”, que era el paso marítimo indico-pacifico al sur del Cabo de Buena Esperanza en África por donde pasaba el 90% de tráfico del petróleo de medio oriente con destino a los países occidentales.
Por lo expuesto, también es bueno hacer notar que Donald Trump, que tiene un posicionamiento político Supremacista Imperialista, no tiene nada que ver con los principios justicialistas que fundamentalmente son los de un movimiento soberanista de emancipación de una nación colonial.
Decir que “Trump es medio peronista” es pecar de inocente, de ignorante o es ser directamente un topo funcional del imperialismo en el movimiento nacional: alguien que ha defeccionado de la Tercera Posición.
LAS DOS ARGENTINAS EN EL CONTEXTO DEL MUNDO MULTIPOLAR
En esta coyuntura histórica, Argentina enfrenta un desafío crucial.
Por un lado, está la Argentina soberana y popular, que hoy está en terapia intensiva y languidece bajo el peso de las políticas neoliberales de un Gobierno Cipayo. Por el otro, está la Argentina Colonial modelada por una élite oligárquica funcional a los intereses extranjeros; una argentina primarizada, una Argentina de los Grupos Económicos Concentrados (Oligarquía Contemporánea) que nuevamente maneja los destinos del país, y por tanto nuestra nación, hoy es presa fácil del imperialismo yanqui expansionista, ya que quien nos gobierna solo es un Títere de estos Grupos Económicos y se desvive embelesado, además, por ser un Bufón agradable para el Rey del Norte Imperial.
Con un gobierno títere de los Grupos Económicos Concentrados, nuestra nación se encuentra desarmada frente a las pretensiones expansionistas de un Estados Unidos resurgido. La política de sumisión que ha caracterizado históricamente a los gobiernos neoliberales y la base de la OTAN en Malvinas -construida tras la guerra de 1982- son un recordatorio permanente de nuestra indefensión.
Hoy sería un buen momento para aprovechar el punto de inflexión histórico internacional que está ocurriendo con la transición hacia un Mundo Multipolar, donde una Latinoamérica o Sudamérica unida podría resistir la prepotencia Trumpista y el embate de este EE.UU. imperialista, que nuevamente busca su “Destino Manifiesto” basado en un expansionismo territorial para cubrir sus necesidades geopolíticas y geoeconómicas.
No será con este gobierno y este modelo de país que podremos combatirlo, por lo que nuestra necesidad histórica del momento es luchar contra este modelo y frustrar los planes de este gobierno neoliberal, cipayo y hambreador de su pueblo.
La defensa de la argentina nacional y popular solo será posible si se tiene conciencia de los peligros presentes que nos acechan tanto de adentro como desde afuera, y fundamentalmente si se recupera una visión estratégica y se encuentra la forma de reorganizar operativamente el Movimiento Nacional, con una propuesta que enamore nuevamente al pueblo argentino.
REFLEXIÓN FINAL:
SOBERANÍA O SUMISIÓN
El regreso de Trump marca un punto de inflexión no solo para Estados Unidos, sino para el mundo entero. Su política del "gran garrote", aplicada con pragmatismo empresarial y desdén por los valores democráticos, representa una verdadera amenaza directa para los pueblos soberanos.
Para Argentina, el desafío es claro: resistir el embate imperialista, denunciar la complicidad de las élites locales y construir un modelo de país que priorice el bienestar del pueblo sobre los intereses extranjeros. La lucha por la soberanía no es solo una cuestión de defensa territorial, sino también una batalla cultural y política que requiere organización, conciencia y acción.
La historia no perdona a los pueblos que no están dispuestos a defenderse… “Aquellos Pueblos que no luchan por su liberación, merecen ser esclavos”.
Ariel Rolfo


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