miércoles 19 de junio de 2024 - Edición Nº2023

Soberanía | 10 dic 2023

POr Gustavo Matías Terzaga

🇦🇷 No hay país soberano sin FFAA


La desatención de los temas importantes es lo que crea los problemas urgentes y permanentes, dicho de otro modo, para que no exista hambre y pobreza en Argentina, debemos ser soberanos, en todas las dimensiones que integra esta categoría..

 

Hace varias décadas que nuestro país se ha despreocupado y ha abandonado el desarrollo de una política de recuperación de las Fuerzas Armadas como institución central de la defensa nacional, y más aún de ésta en vinculación con un proceso de industrialización del país, en alianza con su pueblo y con miras a la unidad regional. Las FFAA se encuentran en gran medida desfinanciadas y sin objetivos claros.

 

Es necesario estructurar un debate maduro y racional partiendo primero de un resumen estadístico, de un registro cuantitativo y mensurable, indicativo del estado actual en que se encuentran nuestras FFAA. Segundo, de un análisis certero y desapasionado, en la medida de lo posible, acerca de cuál ha sido su rol en nuestra historia y en la historia latinoamericana, para hallar en esa revisión los argumentos, las motivaciones y el contexto que encuadraron su actuación en determinados momentos. Tercero, establecer cuáles deben ser sus objetivos estratégicos de cara al futuro, incorporando las variables que impone la realidad multidimensional de nuestra política doméstica y también de la geopolítica.

 

Si bien no es parte de una agenda pública, si uno mira, en algunos momentos coyunturales sale a la luz el tema de la defensa a causa de determinados conflictos típicos de nuestra condición de país periférico y semicolonial, como la cuestión de la Cuenca del Plata con el mantenimiento en manos ajenas de los puertos en el Río Paraná, la cuestión Malvinas y el Atlántico Sur con la presencia británica, la Antártida, la pérdida del submarino ARA San Juan, Joe Lewis y la apropiación ilegal de nuestro Lago Escondido en La Patagonia, etc. Muchas cuestiones que aparecen esporádicamente en escena pero que, si miramos bien, resultan ser “claves geopolíticas" de nuestro país para ser viable en tanto país soberano.

 

LA DIMENSIÓN GEOGRÁFICA, ECONÓMICA, HISTÓRICA Y POLÍTICA.

 

Nuestro país tiene un territorio extenso y una larga plataforma marítima, estamos atravesados por una cordillera, tenemos una porción del territorio ocupada por una potencia extranjera –y una enorme y poderosa base de la OTAN en nuestro territorio a pocos kilómetros del Continente–, contamos con enormes cantidades de recursos naturales estratégicos, el paso bioceánico estratégico para el comercio mundial, la proyección Antártica, los acuíferos, a la vez tenemos porciones significativas en algunas regiones con escasa densidad demográfica como en La Patagonia, tenemos una economía dependiente ligada a la producción de productos primarios y la valorización financiera, una enorme deuda externa donde las garantías del préstamo son justamente nuestros recursos naturales. En este contexto de vulnerabilidad y dependencia, y en un mundo que se avecina peligroso e incierto, no tener una profunda conciencia de la necesidad de tener una política de defensa nacional resulta un certificado de dependencia.

 

Veamos un poco la historia de nuestras FFAA. Basta recorrerla para dar cuenta de que no actuaron en todo momento como el brazo armado de la clase dominante. Podríamos tan solo recordar el origen glorioso de nuestro ejército combatiendo contra el colonialismo británico en las invasiones al Río de la Plata en 1806 y 1807; un origen anti- colonial y popular, como lo fue el de la mayoría de los ejércitos latinoamericanos. No podemos analizar la historia de las FFAA como un camino lineal. En las primeras décadas del siglo XX, tuvimos militares que unieron conceptualmente la defensa a la soberanía industrial y económica. Esos militares comprendieron que no existía nación posible sin defensa, soberanía industrial y económica. En esa generación de militares nacionalistas se destacaron Mosconi, Savio, Perón, el Brigadier San Martin, entre otros. Pero las potencias mundiales dieron cuenta de ello y buscaron impedir el desarrollo autónomo de países como la Argentina. En esa línea puede comprenderse el ingreso al país de los militares franceses colonialistas en el año 1957, con la dictadura de Aramburu. El Ejército argentino ya no buscará, desde 1955, proteger su soberanía, sino que se dedicará a cazar “enemigos internos”, y esa línea de acción atraviesa el Plan Conintes, los 60, y se repetirá con el golpe de estado del 24 de marzo de 1976.

 

Entonces, las FFAA pueden actuar para anudar nuestra dependencia o bien para romperla. Los dos casos se han expresado a lo largo de nuestra historia. Tuvimos en las Fuerzas Armadas personajes anti-nacionales y pro-imperialistas como Rondeau, Mitre, Justo, Aramburu, Rojas, Massera y Videla; pero también en nuestra historia tuvimos personajes nacionales en la institución castrense como José de San Martín, Roca, Savio, Mosconi, Juan Ignacio San Martín, Vicat, Pujato y el propio Perón, por nombrar solamente algunos, entre tantos.

 

LIMITACIONES OBJETIVAS Y SUBJETIVAS.

 

Hay cuestiones de peso que impiden la posibilidad de que el país disponga de una política integral para su defensa. En primer lugar, existe una visión negativa sobre el mundo militar y encuentra fundamento en el rol jugado por los grupos castrenses en los golpes de 1955, 1966 y especialmente en la atroz dictadura cívico- militar de 1976 que derrocó al gobierno constitucional de Isabel Martínez de Perón, donde las FFAA, por delante de la intelectualidad civil, aplicaron un sangriento método represivo, un genocidio, para imponer un plan económico que destruyó la industria nacional con Martínez de Hoz a la cabeza, que no era militar, sino civil. Esto generó un trauma en nuestra sociedad que aún no ha sido superado.

 

La segunda cuestión que impide que la Argentina cuente con FFAA implicadas en el marco del desarrollo de una política nacional de Defensa, es el proceso de desmalvinización iniciado desde 1983. Las políticas de desmalvinización son siempre políticas de entrega de soberanía, y no sólo de la territorial. Este dispositivo desmalvinizador requiere de varios pasos: la desmilitarización, la desindustrialización, el cientificidio, la desculturización y el despoblamiento.

 

La reducción a la insignificancia de los acontecimientos que se abrió a partir del 2 de abril de 1982 comenzó con la eliminación de la dimensión histórica, social, geográfica y política del conflicto. El resultado del proceso fue el deterioro de la cultura y de la identidad que brinda orgullo al país, auspiciando la pasividad política frente al saqueo aplicado en los años ochenta y noventa. Y es triste decirlo, pero desde 1983 en adelante, los políticos liberales argentinos les han entregado a los ingleses y a los norteamericanos, sin prácticamente ninguna resistencia, lo que en 1982 los soldados resistieron patrióticamente con sangre al imperio británico: Los recursos naturales, las empresas públicas, la soberanía del Atlántico Sur y la organización militar interna.

 

El tercer aspecto que dificulta que tengamos una política de Defensa, se vincula directamente con la situación estructural de dependencia. Nuestro país atraviesa un ciclo histórico de decadencia caracterizado por la destrucción del tejido industrial y por la extranjerización y concentración del aparato productivo. Y tras el endeudamiento con el FMI, somos un país con menor capacidad de acción autónoma y, por lo tanto, menos soberanos. Y así como no se puede comprender la colonialidad territorial sin la deuda como rienda corta de sujeción, no podemos pensar el 2 de abril de 1982 sin relacionarlo con otro 2 de abril: el de 1976, fecha en la que el gobierno militar- a días de haber tomado el poder- contrae un millonario préstamo del FMI. Como se puede ver, colonialidad territorial y deuda externa, dominio espiritual y material de la nación. En síntesis, esto es lo que llamamos perder soberanía en el marco del despliegue de una guerra total por parte del colonialismo anglosajón.

 

Por último, el anti-militarismo abstracto que sostiene de manera taxativa que nada de lo que proviene de las Fuerzas Armadas puede resultar positivo, si la dictadura es el mal, Malvinas y todo lo que tiene que ver con “los milicos”, también lo son. Y mirando como están divorciadas las fechas del 24 de marzo y el 2 de abril, la verdad es que en la Argentina, el bloque imperialista anglosajón logró disociar culturalmente, y peor aún, presentar como opuestas, la imprescindible lucha por los Derechos Humanos violados tras el golpe cívico-militar de 1976 con la afirmación del ¡NUNCA MÁS! y las políticas de MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA, y la valoración de la causa Malvinas junto a la atención que requiere nuestra Defensa Nacional, lamentablemente ignorada por los gobiernos democráticos posteriores al Proceso, pese al estado de indefensión que el país sufre tras la derrota de Malvinas y que se confirma con el reciente hundimiento del ARA SAN JUAN y sus 44 submarinista, producto del desfinanciamiento de nuestras FFAA.

 

DIA DE LA SOBERANÍA NACIONAL.

 

El 20 de noviembre de 1845 se produjo la batalla de La Vuelta de Obligado sobre las aguas del Río Paraná, por la zona de San Pedro, un enfrentamiento entre la Confederación Argentina, comandada por Juan Manuel de Rosas, y una escuadra anglofrancesa que pretendía controlar la navegación de nuestros ríos. Aquella gesta es la que conmemoramos con el Día de la Soberanía Nacional. Hoy, a 40 años de la recuperación de la vigencia de nuestra democracia, si pretendemos fortalecerla, es preciso superar la falsa oposición entre facetas complementarias de la lucha nacional del pueblo argentino: afrontar los problemas de la soberanía territorial y defender sus recursos es una condición para tener patria y derechos humanos. Los derechos democráticos del pueblo argentino y el desarrollo de una política integral de la Defensa, lejos de oponerse, son causa y efecto que integran necesariamente un programa liberador.

 

Por

Gustavo Matías Terzaga

Presidente de la Comisión de Desarrollo

Cultural e Histórico “Arturo Jauretche”

Fuente: Diario Puntal (17/11/2023)

 

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