Para instrumentar una política de Defensa Nacional y una diplomacia soberana

Los argentinos vivimos enfrentados por política, por cuestiones ideológicas, por odios del pasado, y diferentes miradas del presente, pero olvidamos que el conjunto del País sufre una agresión externa que pretende arrebatarnos aun mas de nuestro territorio.

Es fundamental identificar al enemigo para poder existir como país independiente. Sin ese reconocimiento es imposible delinear una política de Defensa Nacional y por consiguiente una diplomacia soberana. Ese enemigo se llama: INGLATERRA.

Pareciera que estamos diciendo una obviedad, sino fuera que esto solo se recuerda, tangencialmente, el 2 de abril. No se escucha acusar esta intromisión en el Congreso de la Nación, su nombre no se relaciona con las propuestas de los candidatos en una elección, ni en los debates públicos, y mucho menos en una prensa que parece a veces andar pidiendo disculpas al usurpador.

Por no hablar de cierta dirigencia política que dice tener vergüenza, falsamente, por haber aclamado a Galtieri, que tuvo el coraje de actuar por algo que creíamos justo. ¿Hubiera sido distinto si el que nos hubiese llevado a la guerra habría sido Ilia, Frondizi, o Menem?. ¿No estaba la Argentina movilizada en una causa nacional histórica? Lo grave es bajar los brazos y plegarse a las razones del usurpador y al sistema mediático internacional.

Así hoy 43 años después de aquella gesta histórica que le demostró al mundo una Argentina dispuesta a luchar por lo que le pertenece, estamos ante el peligro cierto de perder aun mas territorio si no sabemos reaccionar a tiempo.

El usurpador británico pretende extender su dominio sobre el Atlántico Sur y la Antártida. Todos los días pasan por nuestras narices barcos y aviones que haciendo escala en Punta Arenas (Chile), proyectan sus actividades sobre el continente blanco. Pero la situación en el País no es mejor. La Patagonia argentina esta subdividida por inmensas extensiones de propiedades privadas de ciudadanos extranjeros, con directas vinculaciones con el usurpador, que condicionan la presencia del Estado Nacional hasta a veces prohibir el transito por ellas.

Estamos embargados por el enemigo, no podemos abastecernos libremente de armas para defender nuestra soberanía pues todo lo que contenga algún componente inglés se nos prohíbe vender. Sin embargo, nuestra dirigencia política parece olvidarlo y solo busca tener buenas relaciones con la Corona Británica, con la cual por otra parte no tenemos ningún intercambio comercial que pueda condicionarnos.

Es imprescindible entonces que la ciudadanía exija de las autoridades en todos los niveles la identificación clara, con nombre y apellido, del enemigo de la Patria y se actúe en consecuencia a saber:

1) Ningún tipo de cooperación con la Embajada Británica

2) Vigilar y hacer cumplir los limites soberanos del País

3) Desmantelar el radar de una empresa inglesa que funciona en Tierra del Fuego, por peligrosa omisión de ambas administraciones la anterior y la presente.

4) A través de la vía diplomática solicitar a nuestros vecinos de Latinoamérica, que reconocen nuestra soberanía en Malvinas, que la lleven a la practica no prestando apoyo a buques y aviones con bandera de las islas.

5)Modificar la Ley de Tierras para impedir mas venta del territorio nacional a extranjeros, y revisar lo actuado con la ya otorgado.

6) Que en el presupuesto se asignen mayores partidas, (hoy 0,31% del PBI), para que nuestras Fuerzas Armadas comiencen a recuperar su capacidad operativa seriamente deteriorada, por el desinterés demostrado por las distintas administraciones. Cumplir al menos con la Ley del FONDEF, (Fondo para la Defensa), del 0,8 % que hoy no se esta cumpliendo.

7) Exigir que los medios públicos audiovisuales destinen tiempo de programación para la divulgación y conocimiento de nuestros derechos soberanos sobre el territorio, hoy solo recordado por algún cartelito en las rutas argentinas.

Lo mas grave de la guerra de Malvinas no es haber perdido, lo que con el tiempo solo será una gran batalla, sino no saber defender lo que hicimos con la frente alta, por nosotros y por los 649 héroes que quedaron allí.

Horacio Paccazochi